Enrique Peña Nieto, encabezó el sexto Congreso Político Nacional del Partido Revolucionario Institucional. Durante el discurso, convocó a la militancia del partido a cerrar filas e iniciar el camino para triunfar en las elecciones de 2017 y 2018, donde estará en juego la Presidencia de la República y todas las reformas construidas.
“El PRI ganará para que los próximos años sean de construcción, no de destrucción; para no regresar a modelos obsoletos y caducos, el tricolor triunfará para mantener la certidumbre y estabilidad y no retornar al estancamiento”, arengó.
Peña expresó que dentro del PRI no deben tener cabida ni la corrupción ni el encubrimiento y mucho menos la impunidad.
En el acto, recordó que tras la derrota del PRI en las elecciones presidenciales de 2000 se vaticinaba la desaparición del partido, pero aquí estamos, sirviendo a México desde la máxima responsabilidad. Peña Nieto dijo sin ambages y sin empacho, que soy un Presidente orgullosamente priísta.
Para el mandatario la esencia priista se encuentra en los sistemas de educación, salud y seguridad social, que hoy atienden a millones de mexicanos, y que fueron construidos por gobiernos priístas.
Peña Nieto recordó que actualmente las sociedades manifiestan insatisfacción, se exige inclusión, protección y se rechaza la desigualdad. Ese descontento rápidamente se convierte en desconfianza en las autoridades, en las empresas, auténticamente en todas las instituciones. Todos estos factores están influyendo en las decisiones de los ciudadanos a la hora de votar.
Así es como Peña acomoda la estrategia electoral para 2018 parafraseando al ex dirigente del PRI, Jesús Reyes Heroles. Aquí se hacen válidas las palabras de hace prácticamente 40 años de Reyes Heroles. Primero el plan, primero el programa, primero el proyecto y después los nombres. Dejemos para otros partidos las promociones anticipadas.
Con información de La Jornada