El gobierno mexicano ha extraditado a 55 capos del narcotráfico a Estados Unidos, entre ellos figuras emblemáticas como Rafael Caro Quintero, Miguel Ángel Treviño Morales (“Z-40”), Servando Gómez “La Tuta”, Abigael González Valencia “El Cuini” y miembros prominentes de Los Zetas y otros cárteles.
¿Quiénes fueron enviados?
La primera tanda que se envió en febrero incluyó 29 capos, entre ellos:
- Rafael Caro Quintero
- Miguel Ángel Treviño Morales («Z‑40»)
- Omar Treviño Morales («Z‑42»)
- Vicente Carrillo Fuentes («Viceroy»)
- Antonio Oseguera Cervantes («Tony Montana»)
La segunda entrega, el 12 de agosto, contempló 26 criminales adicionales como:
- “El Cuini” – líder financiero del CJNG
- “La Tuta” – exlíder de Los Caballeros Templarios
- “El 200” y “El Piyi” – jefes de seguridad de Los Chapitos
- Leobardo García Corrales – operador de alta confianza de “El Chapo”
¿Justicia efectiva o riesgo de impunidad?
Extraditar está bien, pero hay antecedentes donde capos extraditados negociaron sentencias reducidas en EE.UU. y quedaron libres más rápido de lo que pensamos. Esta situación genera fuertes sospechas de que el intercambio no busca solo la justicia, sino también obtener información útil para los operadores políticos.
Si EE.UU. cede y favorece a estos criminales, ¿qué quedó del sistema judicial mexicano y la integridad de quienes sufrieron su violencia?
Estrategia con beneficios políticos
Estas extradiciones se realizan bajo presión internacional: Trump amenazó con aranceles por el fentanilo. La operación se sincronizó con reuniones diplomáticas y despliegues militares en la frontera. Así, más allá de justicia, se trata de una jugada política de alto impacto.
Pregunta clave
Si esta estrategia sirve más a relaciones bilaterales que a justicia, ¿vale la pena? O, peor aún, ¿existe el riesgo de que los criminales vuelvan a salir y sigan operando desde EE.UU.?
La atención pública no debe apagarse hasta tener garantías reales.
Lo que opina Fernanda familiar:
“Extraditar sin garantías es una ilusión peligrosa. Mandas a capos a otro país, celebras noticias, pero dejas intacto el sistema que los fabricó. Justicia no es espectáculo; es resultado tangible.”