A cinco kilómetros de las oficinas del alcalde, Indalecio Ríos, presidente municipal de Ecatepec por el Partido Revolucionario Institucional, una joven de 18 años apareció destripada en una carnicería. Este brutal y macabro feminicidio hace temblar a los habitantes de este municipio del Estado de México
El jueves 27 de julio Mariana Joselín Baltierra salió a la mañana de su casa a hacer sus mandados por el barrio en su paso por la carnicería y vio a un nuevo encargado de 28 años, que llevaba 15 días trabajando y viviendo en ese local de carne, Carnicasa.
La carnicería estaba cerrada como cada jueves último de mes y él tomaba el aire en la puerta de su casa. Mariana pasó por delante y solo lo haría una vez. La Policía sospecha que él la agarró contra su voluntad y la introdujo al interior del local. Los víveres que compró en la tienda quedaron esparcidos por el pasillo. Junto a la entrada de la carnicería pegaron un cartel con su foto: «Persona no localizada, ayúdanos a encontrarla».
Mariana fue encontrada tendida sobre el piso, le habían abierto el abdomen y habían dejado que se desangrara. El cuerpo presentaba también marcas de violación.
La noticia impactó fuertemente entre los vecinos que organizaron un mitin para organizar alguna forma de contener la barbarie cotidiana con la que tienen que convivir. El delegado priista acudió al evento y tuvo que huir porque la comunidad se le fue encima para reclamarle e insultarle.
En lo que va de año han muerto asesinadas violentamente 15 mujeres en el municipio de un millón y medio de habitantes, según el conteo de la activista Frida Guerrera, con información de la prensa local. Pero el Gobierno municipal cuenta solo dos como feminicidios. El Instituto Nacional de Estadística eleva la cifra de asesinadas en 2016 a 59, mientras que las cifras municipales se mantienen en 37. Los datos no coinciden, entre otras cuestiones sin respuesta, porque algunas instancias registran las carpetas de investigación y el resto sólo las que se señalan con perspectiva de género.
Ecatepec cuenta con una alerta estatal para erradicar la violencia contra las mujeres, que reconoce la problemática pero que, según denuncian las organizaciones, «no ha servido para nada». Uno de los policías que están llevando el caso de Mariana mira a su compañero y los dos coinciden: «Últimamente nos toca una a la semana».
Con información de El País