Fueron muchas horas de espera para recibir la vacuna contra el COVID, de hecho, Don Ceferino llegó desde un día antes con su esposa, porque él quería estar seguro que serían de los primeros en recibirla.
«Llegamos como a las 5, yo creo», dijo el señor al personal de Salud estatal, quienes mencionaron que lo vieron muy emocionado de que tanto él como su esposa recibieron la vacuna.
Fue gracias a unos familiares, que les hicieron el registro, pero ya el mero día, como no tienen hijos, Don Ceferino subió a su esposa, Doña Galina (quien padece Parkinson), al triciclo y la llevó hasta el puesto de vacunación ubicado en el auditorio Francisco Eduardo Tresguerras, de Celaya, Guanajuato.
Esta es la hermosa historia de 50 años de amor, entre Don Ceferino, un humilde vendedor de cintas para zapatos y su esposa, Doña Galia.