Fuerzas de seguridad belgas realizaron este miércoles una redada en Anderlecht, Bruselas, en donde incautaron un arsenal y detuvieron a cuatro personas. Entre el material confiscado hay tres Kaláshnikovs, una quincena de cargadores, cuatro detonadores y uniformes de policía.
Los detenidos estaban bajo el radar policial como presuntos integrantes de los autodenominados Kamikaze Riders, un grupo de motoristas con antecedentes por yihadismo.
Sin embargo, autoridades consideran que la operación policial no ha desactivado la amenaza. Un portavoz de la fiscalía señaló que buscan a varios sospechosos que supuestamente han esquivado el cerco policial y representan un peligro potencial para la seguridad.
El portavoz de la fiscalía matizó que no hay elementos que apunten a un atentado inminente, aunque advierte el carácter en ocasiones imprevisible de este tipo de acciones. «No podemos descartar que uno de estos tipos se meta en un coche y haga algo estúpido, pero ¿tenemos algún indicio concreto de que eso vaya a ocurrir? No», ha declarado tajante.
Con información de El País