El país sudamericano vive momentos de conmoción por una menor que fue raptada, tortura, violada y asesinada presuntamente por un hombre de 38 años de clase alta. El país se moviliza para exigir justicia sin importar la clase social.
El domingo pasado Yuliana jugaba afuera de su casa, en un barrio humilde del este de la ciudad de Bogotá, cuando un hombre a bordo de una camioneta la subió a la fuerza al vehículo. Sus padres alertaron a las autoridades; desde ese momento no se volvió a saber nada de su paradero hasta alrededor de las 8:00 de la noche cuando la policía encontró el cuerpo de la menor con signos de tortura y abuso sexual en un lujoso apartamento del barrio Chapinero, propiedad de un reconocido arquitecto.
El principal sospechoso es Rafael Uribe Noguera quien se encuentra internado en una clínica al norte de la ciudad tras ser atendido por un dolor toráxico al parecer por una sobredosis de cocaína, según revelaron algunos medios locales.
«Lamentablemente después de activar todos los mecanismos de búsqueda se pudo llegar a un inmueble de Chapinero, en el que se ingresó y en una de sus dependencias se encontró el cuerpo de la menor», dijo el director de la Policía Nacional, Jorge Hernando Nieto.
La investigación oficial concluyó que la niña había muerto por asfixia y el cuerpo presenta signos de abuso sexual. Durante la madrugada de este martes, la policía ordenó la captura de Uribe Noguera y le informó los cargos que se le imputan: feminicidio agravado, secuestro simple, acceso carnal violento y tortura.
Decenas de manifestantes protestan afuera del edificio donde se encontró el cadáver y en los alrededores de la clínica donde está Uribe Noguera para exigir justicia. Además, en la noche del lunes cientos de personas se congregaron en una plaza de la capital con velas y flores blancas en homenaje a la pequeña víctima. «Sí a la prisión perpetua, no a la impunidad para verdugos de los niños», proclamaban.
Con información de Univisión