Rodrigo Duterte, presidente electo de Filipinas, dio un mensaje el pasado sábado a sus próximos gobernados; los invitó a ser parte de una campaña para erradicar el crimen organizado: pagará millonarias recompensas a quien mate o denuncie a narcotraficantes.
“Voy a pagar por un capo de la droga: 5 millones de pesos (filipinos), unos 107,000 dólares, si está muerto, y si está vivo, solamente 4 millones 999,000”, aseguró riendo.
El político viene a reafirmar que su lucha contra la delincuencia será una “guerra sangrienta”
“Si están allí en su vecindario, no dude, llamen a la Policía o hágalo usted mismo, si tiene la pistola. Tiene mi apoyo… Voy a darle una medalla”, arengó el presidente.
Las medidas adoptadas por Don Rody, no dará tregua a distribuidores y tampoco a consumidores: “si usted está involucrado en drogas, lo mataré. Es un hijo de pu…, yo realmente lo mataré”.
Muchos han aplaudido estos anuncios pero hay quienes ven con recelo la llegada de este personaje al poder: a Duterte se le ha vinculado con grupos paramilitares y, al parecer, todo lo quiere resolver con balas.
Una de sus medidas de “seguridad” que ya se tiene prevista es la de instaurar “disparar a matar” a cualquier delincuente que se resista a su captura. Otra medida que este personaje quiere volver a implementar es la pena de muerte mediante la horca, abolida en 2006, pero a la que Rody tiene ganas de volverla a aplicar.
Con información de Sopitas