Tu relación no funciona, todo lo que una vez te unió a esa persona no existe más, no existe amor y las cosas que una vez te hicieron enamorarte ya no están ahí. No pierdas el tiempo, es la hora de partir.
Saber cuándo es el momento de alejarnos de donde ya no nos quieren es de valientes, no es una decisión fácil sobre todo por la maldita costumbre, el pensar que ya no volveremos a ver las mismas cosas eso que de alguna forma construiste con tu pareja siempre es motivo de angustia.
No pienses en lo que has perdido, piensa en todo lo que puedes recuperar, tu dignidad por ejemplo, cuando tomamos la decisión de partir casi siempre es porque agotamos todos los recursos para seguir jugando a la casita feliz y en ese juego perverso generalmente dejamos muchos de nuestros valores con los que negociamos nuestra estancia en determinado momento, que simple y sencillamente no nos importó por estar cegados y aferrados a seguir juntos hasta la muerte.
Los pretextos sobran cuando de humillarse se trata, por ejemplo los hijos, el dinero, el “no tengo a donde ir”; todo puede servir con tal de permanecer al lado del otro. Gracias a la vida no hay mal que dure mil años ni idiota que lo aguante, así que después de una buena sacudida por fin te das cuenta que el final es inevitable, mejor aún, permites que tu corazón y tu cerebro empiecen a trabajar de manera conjunta de nuevo.
En el pasado vimos ejemplos de matrimonios que duraban para siempre o eso nos hacían creer, quizás por esto todavía hay algunas personas que se aferran en mantenerse unidas con tal de no fracturar a su familia y prefiere mantenerla bajo un estado de presión y maltrato, todo con tal de guardar las apariencias, en la actualidad la sociedad ha cambiado de tal forma que no hay diferencia en una familia con papá y mamá o con solo uno de estos, lo más importante es brindar a nuestro hijos un entorno saludable con un buen ejemplo de convivencia ya sea juntos o separados.
Es importante tomar en cuenta que una familia no se termina por que los padres se divorcien, al contrario muchas familias han encontrado en el divorcio la fórmula perfecta para llevarse mejor con su pareja y sus hijos, todo depende del cristal con que se mire.
Permanecer con alguien que no nos quiere, que nos desprecia, es de las cosas más indignantes que una persona puede hacer en nombre del amor, no hay un solo motivo para continuar ahí, no te humilles más y toma la decisión correcta, recoge tus pertenecías y empieza a reconstruirte, a reinventarte.
Recuerda que la vida sigue y el amor te espera.