La mayoría de nosotros conocemos a alguien que está obsesionado con su cuerpo, que por más que baja de peso no se siente delgada. O alguien que come muy poco, o que come mucho y lo vomita o hace mucho ejercicio para creer que lo está bajando. Por ello le pedí a la psicoterapeuta Michelle Miller Serur, que nos escribiera sobre los trastornos de la conducta alimentaria siendo un tema en el que ella es especialista. Leamos lo que nos escribió:
Cuando nos imaginamos a una persona con anorexia, bulimia o comer compulsivo, nos imaginamos a una mujer extremadamente delgada, o por el contrario, a alguien con mucho sobrepeso. Nos imaginamos a una persona con los huesos visibles, pálida, ojerosa, visiblemente enferma. Muchas veces esto no es cierto, ya que esto se da en pocos casos o en casos muy avanzados, con mucho tiempo padeciendo la enfermedad.
A continuación, hablaré de los mitos más comunes que rodean a estas enfermedades y que pueden llevar a que no se busque la ayuda correcta, se niegue más el problema y se haga peor, y contribuyen a que la persona que los sufre sienta que tiene que alcanzar este estereotipo para pedir ayuda.
Mito 1. Una persona con anorexia nunca come dulces o comida chatarra.
La mayoría de las personas con anorexia comen, aunque sea muy poco. La restricción de alimentos puede ser hacia ciertos grupos de comida (carbohidratos o grasas, por ejemplo) o hacia las cantidades de comida. Hay personas con anorexia que incluso comen dulces pero en cantidades pequeñas y restringiendo otras cosas para “no engordar”, por lo que el que coma dulces u otras cosas que consideramos que “engordan” no significa que no pueda tener un problema.
Mito 2. Una persona que no está muy delgada no puede tener un Trastorno Alimenticio y no puede estar desnutrida.
Una persona con un trastorno alimenticio puede estar en cualquier peso, desde bajo peso hasta peso promedio o sobrepeso. De igual forma, eso no indica si la persona está desnutrida o no. Muchas veces hay personas que restringen lo que comen o que vomitan después de comer y se encuentran desnutridas por los nutrientes que pierden cuando vomitan o por la falta de ciertos alimentos, por lo que pueden tener consecuencias de salud a cualquier peso.
Mito 3. Este problema es sólo una fase que se pasará cuando “madure”.
La anorexia, bulimia o cualquier otro trastorno de alimentación no son fases por las que pasan algunas personas. Hay personas que pasan por fases en las que hacen dietas, pero hacer una dieta es muy diferente a tener un trastorno alimenticio. Si no se busca ayuda profesional, la persona puede tener problemas importantes, desde físicos por el daño que se hace a su propio cuerpo, hasta mentales, como depresión, ansiedad y otros desórdenes mentales.
Mito 4. Las personas con un trastorno de alimentación lo hacen porque son vanidosas y quieren verse bien.
Un trastorno de alimentación es un trastorno mental que viene de conflictos emocionales, de situaciones o sentimientos que la persona no ha podido manejar adecuadamente, por lo que utilizan los síntomas para “descargar” todo lo que no pueden hacer de otra manera. Por ejemplo, una mujer con bulimia puede utilizar el vómito como expresión del enojo que siente hacia algo y que es tan fuerte, o le da tanta culpa, que no puede expresar de otra manera, por lo que se daña a sí misma por esto.
Mito 5. Como no vomita, no puede tener bulimia.
Muchas personas con bulimia se purgan por otros medios, no necesariamente por medio del vómito. Por ejemplo, pueden utilizar laxantes o ejercicio en exceso para purgarse y quitarse la culpa de lo que comieron.
Mito 6. Los TCA se curan cuando la persona coma bien.
A pesar de que es necesario que se regularice la ingesta de la persona, que en algunos casos suba o baje de peso, empiece a comer más balanceado y se empiecen a ir poco a poco los síntomas, las situaciones emocionales que llevaron a la persona a desarrollar este problema se tienen que manejar en psicoterapia. Este proceso puede ser largo, ya que los síntomas sólo eran “la punta del iceberg” de lo que está sucediendo dentro de la persona. Cuando se comienzan a trabajar los conflictos que hay detrás de los síntomas, es cuando comienza la recuperación.
Mito 7. Sólo las mujeres padecen de TCA.
Cada vez hay más hombres que padecen de estas enfermedades. Sí es más común que las mujeres la padezcan, pero al no ser un problema de vanidad o de querer verse delgada, los hombres también pueden presentar estos problemas. Muchos hombres se sienten avergonzados de pedir ayuda por esto, ya que creen que sólo las mujeres lo tienen y que si ellos lo padecen, la gente puede pensar que son homosexuales, sin embargo, existen muchas causas de estos trastornos y, tanto hombres como mujeres, deben de ser tratados psicológicamente.
Mito 8. La moda causa los trastornos de alimentación.
La moda influye en el ideal de belleza que muchas personas buscamos tener, pero no por esto alguien desarrolla un TCA. Si fuera así, todos padeceríamos de un TCA, no?. Es por esto que para que alguien desarrolle este problema, ya tiene que estar vulnerable con anterioridad para que la moda lo afecte a tal punto que dañe su cuerpo y su salud con tal de alcanzar ese “ideal”. Los TCA son multicausales, ya que son de origen psicológico, familiar y una parte biológica.
Mito 9. Nadie se puede morir de un TCA.
Los TCA, especialmente la anorexia, son las enfermedades con la mayor tasa de mortalidad de todas las enfermedades psiquiátricas. Más del 30% de las personas que las padecen morirán de alguna complicación causada por estos trastornos, ya sea un paro cardiaco por el desbalance electrolítico, falla renal, deshidratación, entre otras.
Mito 10. Tener un TCA es una elección.
A pesar de que alguien puede escoger empezar una dieta o tener ciertos comportamientos, los TCA no son una elección. Como ya he dicho, son enfermedades que requieren tratamiento. La persona no escoge el tenerlas, pero sí puede escoger empezar un proceso de recuperación.
Es por todo esto que hay que estar atentos a los síntomas que podamos ver en alguien más, en algún familiar e incluso en nosotros mismos para detectar algún trastorno alimenticio. Mientras más rápido se detecte el problema, más rápido se podrá empezar a atender. En estos trastornos el tiempo es vital, ya que mientras más temprano se detecte y se comience con un proceso de recuperación, tendrá más probabilidades de curarse. Pide ayuda antes de que sea demasiado tarde.