Año de 1881, Motul de Carrillo Puerto, Yucatán…
Nace una niña llamada Elvia Carrillo Puerto, que cambiaría la historia de nuestro país en beneficio de todas las mujeres que ahora gozamos de un derecho que hasta 1953 se nos negaba: el derecho al voto.
Alumna de distinguidos educadores como Rodolfo Menéndez de la Peña y Rita Cetina Gutiérrez, Elvia aprende de ellos la igualdad de género.
A los 13 años edad se casa y enviuda ocho años después. Participa en la rebelión de Valladolid, que llamó al pueblo yucateco a levantarse en armas contra la tiranía del porfiriato henequenero, en 1910. Levantamiento que muchos consideran la primera chispa de la Revolución Mexicana, en la que también participa su hermano Felipe.
Y por supuesto, se une al movimiento antirreleccionista de Yucatán, a favor de la revolución maderista. De lo que se origina una intensa campaña en favor de los derechos políticos de la mujer, y que la hace fundar en 1912 la primera organización femenina de campesinas en México.
Entre 1915 y 1918 sigue organizando grupos feministas y participa en la fundación del Partido Socialista Obrero de Yucatán, que más tarde se convierte en el Partido Socialista del Sureste. Un año después, viaja a la ciudad de México, donde crea la Liga Rita Cetina Gutiérrez.
Esta organización de mujeres, tiene el propósito de incluir la discusión del voto femenino en las cámaras legislativas electas después de la Constitución de 1917, durante el gobierno de Venustiano Carranza. Algo que desafortunadamente no consigue.
En noviembre de 1923, Elvia regresa a Yucatán y es una de las primeras mujeres electas diputadas, junto con Beatriz Peniche Barrera y Raquel Dzib Cicero, que integran el Congreso de Yucatán postuladas por el partido que Elvia fundara años atrás, el Socialista del Sureste.
Tras el asesinato de su hermano Felipe, que era gobernador, Elvia continúa como diputada un tiempo, pero es amenazada de muerte por sus adversarios y decide viajar a la ciudad de México, en donde es protegida por el presidente Álvaro Obregón y después por su sucesor, Plutarco Elías Calles.
Pero ni las amenazas de muerte le impiden regresar a Mérida para asistir al Congreso Feminista de 1925, donde se manda una iniciativa legislativa apoyada por miles de firmas de sus seguidoras a la Cámara de Diputados, solicitando la reforma al artículo 34 constitucional para aprobar el voto femenino. Nuevamente, su petición no fue aprobada.
En 1927 funda la Liga Orientadora Femenina Socialista, con las empleadas de la Secretaría de Agricultura y Fomento. Y en 1931 se transforma en la Liga de Acción Femenil, que no deja de apelar por el voto para las mujeres.
Durante la presidencia de Lázaro Cárdenas del Río, de 1934 a 1940, los avances políticos y sociales permiten que la lucha de Elvia empiece a ver resultados, pero el poder del clero sobre las mujeres impide que se concrete este derecho, y es hasta la presidencia de Miguel Alemán Valdés, en 1947, que se aprueba el voto femenino sólo para elecciones municipales.
Finalmente, Elvia ve su sueño hecho realidad cuando en 1953 el presidente Adolfo Ruiz Cortines modifica el artículo 34 constitucional y la mujer obtiene el derecho al voto.
Elvia fallece en la ciudad de México en 1967 y su memoria se honra en nuestros días como esa gran líder que nos otorgó a las mujeres un derecho que siempre merecimos tener y que finalmente disfrutamos gracias a Elvia Carrillo Puerto.
¿Si te pido en este momento que pienses en un líder y me digas su nombre, qué pasa?
Estoy segura que vienen a tu mente fotografías de varios personajes, de pensadores, pacifistas, militares, religiosos, maestros, inventores, empresarios… que definen el curso de una nación, crean religiones o dirigen grandes imperios corporativos.
Pero, ¿cuál es el secreto de estos líderes, como Elvia? ¿Por qué hay personajes que tienen seguidores y otros no?
Existen infinidad de libros y artículos en internet que te hablan sobre el liderazgo y cómo alcanzarlo, cómo convertirte en un líder en tu trabajo, en tu empresa, en tus círculos familiares.
Y tal vez, una de las definiciones más cercanas del liderazgo es la de Robert N. Lussier y Christopher F. Achua, que dicen que se trata del proceso de influir en los seguidores para alcanzar los objetivos de un movimiento u organización mediante el cambio. La persona que consigue esto, es un líder, quien puede convencer y motivar a los demás.
Todos los días vemos en las noticias las consecuencias de la falta de líderes en el mundo. Porque tenemos y hemos tenido muchos, como Elvia Carrillo Puerto, como Martin Luther King, como Mahatma Gandhi, etc., etc.,…
Pero también hay crisis por la ausencia de líderes, por ejemplo en los gobiernos del mundo o en las empresas internacionales. Debemos tener claro que las situaciones de crisis no crean líderes, sino que las dificultades nos muestran la clase de líderes que tenemos.
Para nadie es secreto que los niveles de desempeño de una organización se encuentran ligados a la adecuada dirección y liderazgo que maneja la persona que se encuentra al frente de estas empresas.
Tan sólo en Estados Unidos, el 60% de los empleados creen que las organizaciones donde trabajan no están bien administradas. Y según William E. Rothschild, ex asesor de General Electric y presidente de la consultoría Rothschild Unlimited LLC, corporaciones como AT&T, Xerox y otras más, enfrentan crisis de liderazgo.
La principal razón por la que las personas renuncian a sus trabajos es porque sus jefes carecen de motivación y liderazgo. Un mal jefe genera empleados insatisfechos, tanto en el trabajo como en su vida personal, lo que a su vez origina menos compromiso con la empresa y más conflictos laborales y familiares, mismos que se convierten en frustraciones y estrés.
Pero ojo, porque los líderes no son aquellos jefes que nos imponen, ni siquiera tú que eres dueño de una empresa o empleador de varias personas. Un líder es una persona que tiene autoridad de manera natural y que ejerce esta autoridad también de manera natural, sin autoritarismos.
Un líder es aquella persona en torno a la cual todos los demás se agrupan por voluntad propia, casi inconsciente, al observar que tiene carisma, capacidades y seguridad para dirigir al grupo.
¿Ven ahora la gran diferencia entre líderes y la imposición de presidentes, jefes y dictadores? Y te vuelvo a hacer la misma pregunta, ¿qué nombres vienen a tu mente si te pregunto si conoces algún líder?
Tú que tienes una empresa, un negocio, que eres jefe de familia, ¿te gustaría ser un líder o hacer uso de tu puesto y de tu autoridad para que los demás te hagan caso? ¿Qué prefieres?