Para aquellos que son papás, llega un día en que los hijos crecen y hay que cambiar los gimnasios para bebés y los sonajeros por algo más acorde a la edad del niño…
Entonces, comienza una larga discusión entre el papá que quiere comprar una pelota, o mejor aún, un balón de futbol… y la mamá, que desea algo más seguro y educativo.
Así es como Fabiola y Raúl llegan a la juguetería con su pequeño Juanito, de apenas 3 años de edad.
Cruzando esa puerta de la juguetería, un mundo de colores, plástico y peluche se muestra ante sus ojos impresionados. En su infancia, Fabiola y Raúl no tenían tantas opciones y mucho menos almacenes gigantes donde los juguetes se dividen por edades.
Raúl insiste en comprarle un balón. Es justo ahora que comienza a caminar cuando debe enseñarle el juego que, para él, todos los hombres deben conocer.
Fabiola se niega, diciendo que es muy peligroso que dejen a Juanito correr por todos lados, persiguiendo una pelota, con el riesgo de que se caiga o se dé un golpe.
Así continúan discutiendo hasta que un empleado de la juguetería les sugiere que dejen a Juanito en el corral con los demás niños, en lo que ellos realizan sus compras. Hay un sistema de circuito cerrado y tres cuidadoras especializadas que lo vigilarán todo el tiempo.
Fabiola no está muy convencida de separarse del pequeño, pero Raúl la convence y dejan a Juanito con otros dos niños de más o menos la misma edad, que juegan con una decena de cubos y legos enormes.
En esa aventura por los más de 20 pasillos repletos de juguetes, Raúl compara precios y calidad de pelotas de fútbol Americano y Soccer. Fabiola niega con la cabeza y le dice que ni se le ocurra comprar esos instrumentos de barbarismo machista.
Cuando toca el turno de Fabiola, Raúl dice que sobre su cadáver van a gastar miles de pesos en peluches y libros de cuentos en tercera dimensión con perritos y cosas de esas.
Para Raúl, Juanito debe empezar a ser un niño rudo que sepa golpear la pelota y meter un gol. Para Fabiola, el niño aún es muy pequeño y no tienen que forzarlo en hacer nada que le cueste mucho trabajo.
Y como la discusión sigue en el mismo tono y no pasan de los mismos argumentos, frustrados y molestos regresan por Juanito, quien, para su sorpresa, ha construido un edificio y un auto con los legos gigantes, divirtiéndose muchísimo con sus dos nuevos amigos.
En este caso, los papás de Juanito olvidaron por completo que los juguetes educativos, además de entretener, tienen una utilidad en el desarrollo de sus destrezas psicomotoras.
Dentro de la categoría de juguetes didácticos están los que ayudan de manera divertida a que los niños aprendan ciencias, matemáticas, lenguaje, geografía, etc., etc.
Pero, ¿saben cuál es la verdadera ventaja al comprarles estos juguetes? Que los conocimientos adquiridos de esta manera no se olvidan.
Por otro lado, estos juguetes garantizan no sólo el entretenimiento de los niños, sino que pueden integrar a los papás, compañeros de escuela, amiguitos y hasta las personas de la tercera edad con actividades lúdicas donde todos se diviertan.
Podemos encontrar juguetes didácticos de diversas formas, tamaños, colores y grados de complejidad, dependiendo de la edad del niño.
Elegir un buen juguete didáctico requiere tiempo y saber qué área se pretende desarrollar o qué habilidad se quiere reforzar, considerando que los tiempos de aprendizaje tampoco son iguales para todos los niños.
En algunos casos, hay niños que requieren estimular su imaginación, mientras que otros necesitan superar alguna debilidad, ya sea personal o en alguna materia educativa. También están los que únicamente responden a sus intereses particulares o artísticos.
Por favor, tengan presente que no porque al hijo de la amiga le funcionó un juguete, lo mismo debe suceder con todos los demás niños. Cada niño es distinto y sus inquietudes aparecen en momentos diferentes.
Durante los años de preescolar, se recomienda comprar juegos que estimulan los sentidos, sobre todo la vista, el tacto y la imaginación. En esta etapa la mente del niño está fresca y asimila más rápido y fácilmente los conceptos.
¿Qué juguetes son ideales para esta etapa? Los que sirven para armar figuras como casas, que vienen en diferentes tamaños. También están los juegos de arcilla, números, letras y magnéticos.
En cuanto a los libros, los hay con dibujos y cubiertas especiales e interactivas para que desde temprana edad los niños se interesen por la lectura. Algunos vienen con discos que narran los cuentos y con canciones.
Pero si el presupuesto es mayor y buscamos juguetes electrónicos, la mejor opción es elegir uno con botones que ayudan al niño a desarrollar habilidades motoras y de coordinación, siempre que esté acorde a la edad cronológica y mental del pequeño.
Una vez que el niño crece, los juguetes interactivos son los más adecuados, para generar el contacto social con otros niños. Por ejemplo, los rompecabezas, juegos de computadora, de ciencias; juegos que exploren la física, química, biología y matemáticas. Un microscopio o un telescopio serán ideales para explorar el mundo de los microorganismos y el espacio.
Los psicólogos expertos en el comportamiento infantil recomiendan que llevemos al niño a la juguetería y que le mostremos las opciones de acuerdo a su edad. La reacción y el interés que despierte cierto juego en el niño será la clave para comprar un juguete que de verdad usará.
Los juguetes didácticos se clasifican en tres grupos:
Los técnicos: con los que el niño juega, arma y desarma. Ejercitando su habilidad manual e intelectual.
Los creativos: que refuerzan y desarrollan su gusto por el arte. Por ejemplo las pinturas, acuarelas, lápices de colores, figuras para armar, arcilla, mosaicos y juegos desmontables.
Los juegos de mesa: en los que se desarrolla la destreza mental y la capacidad de razonamiento. Como el monopolio, dominó, damas chinas, etc.
Recuerden antes de comprar un juguete, que además de divertir, también son un medio de educar de una manera muy divertida a los niños y no podemos desaprovechar esta oportunidad para brindarles algo más que un simple entretenimiento.