¿Qué pasaría si un día llega alguien de tu familia y te dice que lo que hasta ahora conoces de tu pasado es apenas una parte de la realidad, y que ésta incluye otra religión y hasta sobrevivientes del holocausto?
Esto que suena como sacado de una novela en realidad sí inspiró un libro, pero basado en hechos reales y sobre los antepasados del escritor mexicano Francisco Martín Moreno, quien hasta hace algunos años sólo sabía que era hijo de un exiliado republicano español y creía que su madre era de origen alemán.
Convicción que se viene abajo cuando su tío Klaus lo invita a comer y sin más rodeos le dice que se está muriendo de cáncer y no se quiere ir de este mundo sin contarle la historia de su familia. En esa conversación Klaus confiesa que es judío y que su hermana también -es decir, la madre de Francisco-, por lo que obviamente Francisco pertenece a la misma religión.
Sobra decir que para un escritor e historiador como Francisco Martín Moreno semejante revelación se convierte en una obsesión y en una misión de investigación para conocer los orígenes de su familia, en los que se incluyen masacres de la dictadura franquista y persecuciones del nazismo de Hitler.
En aquella comida con su tío Klaus, Francisco se entera que su bisabuelo era un millonario del calzado que había amasado una importante fortuna durante la Primera Guerra Mundial. Curiosamente, este señor cuenta que no llegó a subirse al Titanic porque “un imbécil llamado Guggenheim le quitó la suite principal”.
Como dato curioso, el bisabuelo millonario de Francisco Martín Moreno salva su vida porque no acepta pagar 10 veces más caro el precio del boleto para recuperar la suite y el señor Guggenheim terminó finalmente en la lista de pasajeros que se ahogaron en la tragedia del Titanic.
Con algunos datos y pistas que le proporciona Klaus, Francisco decide viajar a Jerusalén para averiguar más sobre sus antepasados. Una vez allá, en el museo de Sad Vashem, Francisco introduce el nombre de su bisabuelo y el sistema le responde: “ejecutado en Auschwitz”.
Al hacer lo mismo con los nombres de su bisabuela, tíos y tías, Francisco entiende por qué no le quisieron decir nada de su pasado. Sin embargo, sigue rastreando todo hasta encontrar la verdad de lo que ocurrió con su familia.
Hacer la investigación fue una manera de cumplir la promesa hecha a su tío Klaus, pero también un acto de denuncia contra el atropello que sufrieron esos familiares que nunca conoció, pero que llevaban su misma sangre.
Francisco cuenta que escribir “En media hora… la muerte” editado en el año 2014, fue un proceso doloroso, donde incluso se enfermó como nunca antes y en repetidas ocasiones, del estómago, de la nariz y de la garganta. Además de sufrir insomnio, pesadillas, ataques de pánico y ansiedad.
Francisco comprendió entonces por qué su familia, siendo judía, intentó ocultar su pasado por temor a las persecuciones. Tanto así que lo inscribieron en el Colegio Alemán Alexander Von Humboldt y que después de publicar el libro, cuando Francisco le dijo a su madre que deseaba sacar su pasaporte alemán, le respondió que lo hiciera si quería deshacerse de ella porque vendrían a buscarla.
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Este capítulo narra una parte de la vida del escritor, quien al finalizar sus estudios en el Colegio Alemán siente la inquietud de seguir el camino de las leyes y obtiene el título de abogado, tras doctorarse en la Academia Mexicana de Derecho.
No obstante, el derecho no le impide probar suerte en las letras y en 1976 Francisco demuestra sus aptitudes como escritor en Novedades, el periódico que lo tiene como columnista durante 10 años. En 1986 deja su columna en Novedades para ser colaborador de Excélsior, en donde trabaja hasta mediados del año 2000.
También comentarista de radio en varios noticiarios, Francisco ha publicado miles de artículos en diferentes diarios y revistas, tanto en México como en el extranjero. Ha dictado conferencias en Estados Unidos, España, Suiza y Alemania.
Entre sus múltiples reconocimientos el Club de Periodistas de México le otorgó el Premio Nacional de Periodismo en 1994, 1995, 1996, 1997 y 1998; y en España le dieron el Laurel de Oro a la Excelencia Literaria por “Las cicatrices del viento”.
Dejar a un lado el traje de abogado no fue fácil, pero a los 33 años decide romper con su familia y renunciar a un alto puesto en la Secretaría de Hacienda para ponerse a escribir. Las burlas no se hicieron esperar, a lo que le siguió el divorcio con su esposa y que su padre le retirara el habla.
Francisco no tuvo otra alternativa que irse a vivir a un cuartucho, sin dinero, sin familia y con lo indispensable para escribir. Pero fue así como un día se presenta en la Editorial Planeta con un manuscrito que habla sobre los capitales extranjeros que beneficiaron la Revolución Mexicana para quedarse con el petróleo.
Esta investigación de Francisco, titulada “México Negro”, a las pocas semanas es aceptada y se hacen 25 mil ejemplares en la primera edición. Las invitaciones en radio y televisión llegaron de inmediato y el autor fue el primer sorprendido frente a semejante éxito.
Luego siguió la serie “México…” donde Francisco Martín Moreno investiga temas de la vida social, política y religiosa del país. En “Arrebatos carnales” y “México ante dios” se adentra en la vida y en la alcoba de personajes históricos como Sor Juana y Porfirio Díaz.
Sin duda, Francisco Martín Moreno es uno de los escritores mexicanos más leídos y con una gran cantidad de best sellers.
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Después de escuchar la breve semblanza de Francisco Martín Moreno en este periodismo de vida te pregunto: ¿Has leído alguno de sus libros? ¿Cuál es el que más te ha gustado y por qué?
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