¿Ya sabes por quién vas a votar en las próximas elecciones del 1º de julio?
Estamos a 45 días y desafortunadamente muchos aún no tienen claro qué partido político o qué candidato es el mejor. Al contrario, pareciera que el debate está enfocado en seleccionar al “menos peor”.
Lo ideal sería elegir a quien por su trayectoria, plataforma política y reputación nos convenciera de que es el indicado para gobernar al país. Sin embargo, desde hace décadas el método más usual es el de ir descartando las peores opciones.
Estas elecciones federales son las más competidas y empañadas por guerras entre colisiones, partidos y candidatos independientes, cuyos recursos están dirigidos en la descalificación, exposición y ataque hacia el otro.
Ya sea con una canción pegajosa, con una frase que repiten hasta el cansancio, o con miles de minutos al aire en radio y televisión señalando lo malo de los otros, este proceso electoral parece un circo de tres pistas.
En la primera pista se encuentran los candidatos; en la pista central el INE con sus procesos deficientes para el registro de candidaturas independientes; y en la tercera la ciudadanía que se divide entre los que aún no tienen claro por quién votar y los que se pelean y atacan a los demás por no votar por el que ellos quieren.
Para los que vivimos en la capital de la República Mexicana, estas elecciones federales también tienen un carácter local, pues elegiremos al próximo Jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
¿Pero sabes que este cargo es algo relativamente nuevo? De hecho, los habitantes de esta ciudad apenas llevamos 20 años con esta figura del Jefe de Gobierno, pues fue el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas el primero en ocupar este cargo el 5 de diciembre de 1997 y en ser elegido mediante un proceso democrático.
Haciendo un poco de memoria, recordemos que antes de ese año de 1997 los antiguos gobernadores -que luego se convirtieron en Jefes del Departamento del Distrito Federal- eran elegidos directamente por el presidente de la República.
Pero iniciemos con el nombre que recientemente se modificó también, pues a partir de la Constitución de 1824 nuestra actual Ciudad de México fue designada como el Distrito Federal del país.
Esto implicaba que la máxima representación de los Poderes de la Unión -es decir, la Presidencia de la República, el Congreso de la Unión y la Suprema Corte de Justicia de la Nación- tuvieran su sede en este Distrito Federal.
Por eso se excluyó la posibilidad de un gobierno local propio, pues no se concebía que los supremos poderes de la nación estuvieran subordinados para aspectos locales a un gobierno local inferior. ¿Qué se hizo entonces?
Pues que el gobierno federal se convirtió directamente en proveedor de la ciudad donde se ubican sus poderes supremos, mediante la designación de un funcionario que se encargara de esas funciones.
Sin embargo, la realidad social y política, además del crecimiento demográfico desmedido en la capital del país, empezó a requerir mayor representación de la ciudadanía. Esto desemboca en la creación de la Asamblea Legislativa y en un poder ejecutivo autónomo llamado Jefatura de Gobierno.
A diferencia de las demás entidades federativas, el DF siguió sin una constitución propia y algunas de las funciones de su poder ejecutivo seguían bajo las instancias de los poderes federales.
Justo este punto es uno de los que se encargó la actual administración capitalina, para eliminar esos resabios de la administración original del Distrito Federal y que el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México no esté sujeto a la autoridad federal más de lo que están los gobernadores de cualquier estado de la República.
En 20 años de tener esta figura de representación política, sólo han llegado 4 por elección popular: Cuauhtémoc Cárdenas, Andrés Manuel López Obrador, Marcelo Ebrard y Miguel Ángel Mancera.
Sólo Marcelo Ebrard concluyó su período de gobierno, pues los demás dejaron el cargo para competir por la Presidencia de la República. Cuando se va Cuauhtémoc deja en su lugar a Rosario Robles y en el caso de López Obrador, designa a Alejandro Encinas como sustituto.
En esa continuidad de gobiernos perredistas a cargo de la Ciudad de México se efectuaron algunas acciones progresistas en una ciudad donde hasta hace algunas décadas se censuraban los medios de comunicación y entretenimiento de una manera indiscriminada.
Como ejemplo está la legalización del aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo y adopción de menores por parte de estas mismas parejas. Pero también dejaron una estela de clientelismos, ineficacias administrativas y el uso del cargo como trampolín para sus aspiraciones presidenciales.
El 1º de julio elegiremos un nuevo Jefe de Gobierno en la Ciudad de México, 176 funcionarios de las alcaldías y 66 diputados. Un total de 243 cargos de elección popular donde participan alrededor de 3 mil 50 candidaturas.
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En este periodismo de vida presenté un recuento muy breve de los 6 Jefes de Gobierno que hemos tenido en total, en esta ciudad. Y al respecto te pregunto, no sólo a los que me escuchan en la Ciudad de México, sino en toda la República:
¿Qué ha hecho tu Gobernador a favor de tu familia, de tu bienestar social, de los tuyos? O por otro lado: ¿Qué promesas de campaña no cumplió el candidato por el que votaste?
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