Estados Unidos respondió el martes a las “acciones desestabilizadoras e ilegales” del régimen norcoreano, con un ejercicio conjunto con Corea del Sur, para poner a prueba sus propios misiles.
El lunes, Corea del Norte lanzó un misil balístico intercontinental. El proyectil, un Hwasong-14, alcanzó una altura de 2.802 kilómetros y recorrió en 39 minutos 933 kilómetros. Fue la mayor altitud lograda nunca en un ensayo norcoreano y, según los expertos, mostró por primera vez que Pyongyang tenía capacidad para atacar territorio estadounidense.
El lanzamiento, fue festejado por la propaganda norcoreana como un paso histórico. El líder supremo, Kim Jong-un, afirmó que el misil tenía capacidad albergar cabezas nucleares, algo que los expertos ponen en duda, y lo presentó, según la agencia estatal de noticias, como «un regalo para los bastardos americanos» en el Día de la Independencia y manifestó que no estaba dispuesto a negociar la retirada de su programa balístico hasta que Estados Unidos “abandonase su política hostil” hacia Corea del Norte.
Con información de El País