Catt Gallinger tiene 24 años y es fanática de las modificaciones corporales.
Recientemente se hizo un tatuaje en la esclerótica, es decir, hizo que le tatuaran el blanco de los ojos en color púrpura.
Al día siguiente el ojo izquierdo de Catt comenzó a supurar un líquido púrpura para más tarde cerrarse por causa de la hinchazón. La vista con éste se había vuelto muy borrosa.
Luego de acudir al oftalmólogo el diagnóstico es terrible: nunca recuperará la vista normal de ese ojo y lo más probable es que el daño aumente hasta dejarlo ciego.
Ella, además de demandar al que le hizo el tatuaje, está empezando una campaña de concientización para evitar que más gente haga esto.
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