Gerardo Fernández Noroña, senador de Morena y autoproclamado portavoz de la “izquierda del pueblo”, fue captado utilizando un avión privado de lujo para asistir a una serie de asambleas en Coahuila.
De acuerdo con información publicada por Reforma, el vuelo se realizó en un Socata TBM850, una aeronave ejecutiva valuada en varios millones de pesos, cuyo costo aproximado por trayecto asciende a 257 mil pesos.
Mientras el discurso de austeridad sigue siendo bandera del partido en el poder, las imágenes y reportes de este viaje privado exponen una contradicción que golpea de frente la narrativa oficial.
El costo de un discurso que no despega
El TBM850, considerado uno de los modelos más exclusivos de su tipo, puede alcanzar velocidades de hasta 500 kilómetros por hora y suele rentarse solo para traslados ejecutivos o vuelos corporativos.
Fuentes consultadas por el medio señalaron que el viaje se realizó a inicios de octubre, con destino a una serie de reuniones partidistas en el norte del país.
El costo estimado del vuelo equivale a casi 10 años del salario promedio mensual de un trabajador mexicano, o al presupuesto completo de una pequeña comunidad rural durante un mes.
Noroña responde: “No sigo reglas de austeridad”
Lejos de negar el hecho, Fernández Noroña habría declarado que “no está obligado a seguir las reglas de austeridad del partido”, afirmando que no ocupa un cargo en el Ejecutivo federal y que sus gastos de traslado son decisión personal.
Sin embargo, sus declaraciones contrastan con el discurso permanente de Morena y del propio presidente López Obrador, quien ha insistido en que los servidores públicos deben actuar con “austeridad republicana” y “vivir como el pueblo al que representan”.
En redes sociales, usuarios señalaron la hipocresía del legislador y recordaron que ha sido uno de los principales críticos de la clase política que “vive del privilegio”.
El espejo incómodo de la 4T
La polémica no es menor. Mientras miles de mexicanos enfrentan una crisis económica agravada por la inflación y el desempleo, un senador que se dice representante de la clase trabajadora vuela en un jet que cuesta más de un cuarto de millón de pesos por uso.
El caso de Fernández Noroña se suma a otros episodios recientes de incongruencia dentro del oficialismo, donde las promesas de austeridad se disuelven entre viajes, escoltas, vehículos blindados y gastos de representación excesivos.
En un país donde millones apenas logran pagar el transporte público, el “pueblo” parece cada vez más lejano para quienes dicen hablar en su nombre.