La expresidenta surcoreana, Park Geun-hye, se enfrenta a una posible condena de hasta 30 años de cárcel por su presunto vínculo con uno de los mayores escándalos de corrupción que han afectado a la élite política y económica del país asiático.
Esta es la condena que pidió este martes la fiscalía para la anterior jefa de Estado, que fue destituida del cargo en marzo del año pasado y desde entonces ha permanecido en prisión preventiva.
Park está acusada de 18 cargos, entre ellos corrupción, abuso de poder, coerción y revelación de secretos de Estado. Según cálculos de la acusación, habría logrado hacerse con casi 45 millones de euros.
La fiscalía ha acusado a Park de “manchar los valores constitucionales” y pidió además que pague una multa por valor de unos 90 millones de euros. La expresidenta se ha declarado inocente de estas acusaciones y, a través de su defensa, ha alegado que se está realizando un juicio político contra su figura.
“No solo ha insistido en negar los cargos, sino que también ha engañado al público sobre la verdad de su tráfico de influencias al acusar este proceso de ser una venganza política”, dijo la acusación, recordando que la acusada es la primera líder elegida democráticamente en Corea del Sur que ha sido destituida.
Con información de El País