Luego de dos horas y tres temas de suma importancia, dio por terminado el Primer Debate Presidencial entre los cinco candidatos al puesto más importante de la nación.
El formato fue, como ya es costumbre, un tanto acartonado y en ciertos momentos con exagerada participación por parte de los moderadores.
La nota principal podría ser el ataque sostenido y directo de todos contra Andrés Manuel López Obrador, candidato de «Juntos Haremos Historia», por diversos temas: desde el uso de un avión privado hasta la supuesta posesión de tres departamentos.
Los dos candidatos independientes pasaron un poco sin pena ni gloria, en realidad los tres con partido los ignoraron en los temas de mayor relevancia. Mientras que Jaime Rodríguez Calderón «el Bronco» fue el de los chistes y el que intentó romper el formato, Margarita Zavala, salió a deslindarse de su marido, el ex presidente Felipe Calderón y a calificarse como demócrata y también para descalificar a Anaya.
Ambos se quejaron amargamente de la desigualdad existente entre ellos y los demás candidatos con partido e incluso el Bronco intentó obligarlos a que firmaran un cheque para deshacerse de los fondos de sus respectivos institutos políticos.
El debate fue dividido en tres temas; seguridad pública y violencia; combate a la corrupción e impunidad y democracia, pluralismo así como grupos en situación de vulnerabilidad. Quizá el que más ámpula levantó fue el segundo cuando Ricardo Anaya, de la coalición «Por México al Frente» y José Antonio Meade de la coalición «Todos por México», se pusieron a endilgar culpas a los demás.
El tema de la seguridad no trajo nada nuevo: salarios de policías, procuradurías y fiscalías, López Obrador fue el único que se salió del guion retomando el tema de que limpiaría el gobierno «desde arriba».
Mas tarde, luego de las recriminaciones de quien es el más corrupto de todos, los candidatos se centraron en el tema de la revocación de mandato y del combate a la corrupción al grado que le quitaron espacio a temas del calibre de los grupos de vulnerabilidad.
En realidad fueron dos horas con pocas propuestas, repeticiones de los ataques a los que ya estamos acostumbrados (aviones, casas blancas, naves industriales, aviones privados) y muy pocas ideas nuevas.
Como ya es costumbre el jefe de campaña de cada candidato ya reclamó la victoria en el debate y el consiguiente incremento de votos.
Esperemos que para los próximos dos encuentros podamos ver menos pleitos y más propuestas.