Una familia se fue de vacaciones a una zona rural en Brasil y regresó a casa aparentemente sin novedades, solamente tenía algo de comezón en los pies, cuando la mamá la checó, se dio cuenta de que presentaba unos pequeños puntitos negros.
La mamá la llevó de inmediato al médico quien le dio el diagnóstico: La niña tenía Tungiasis, la cual es una infestación de la piel causada por la pulga de arena Tunga penetrans, un ectoparásito que habita en zonas tropicales y subtropicales del mundo, por lo que se le tuvo que someter a un tratamiento para quitarle las pulgas (y los huevecillos) y también le aplicaron la vacuna contra el tétanos.
Según el «The New England Journal of Medicine», estas pulgas se incrustan en la piel, especialmente en la de los pies, causando dolorosas heridas.
Esta familia jamás pensó que por jugar descalza en el lodo, terminaría con cientos de insectos, incrustados en sus piecitos causándole comezón y ardor.