Hillary pierde tercer debate

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We know that he has, more than any other man,
the gift of compressing the largest amount of words
into the smallest amount of thought.
(Ramsay MacDonald)
What could you hope to achieve except to be sunk in a bigger
and more expensive ship this time.
(Admiral Mountbatten)
Mr. Chamberlain loves the working man, he loves to see him work.
A modest man, who has much to be modest about.
(Clement Atlee)

Winston Churchill, Primer Ministro de la Gran Bretaña.

Por estrategia o por incapacidad, Hillary Clinton desperdició la oportunidad de oro para inscribir una frase histórica entre las locuciones del ideario político estadounidense. Difícilmente podría pensarse en un contrincante más adecuado para definir por contraste y reducción al absurdo, lo que es la verdadera política. Sí le dijo que vive en una realidad paralela, que miente, que ignora… pero desperdició la narrativa que explica el quehacer político como una virtud que requiere una aptitud para el servicio y conlleva muchos sacrificios.

Trump es el mejor ejemplar de un empresario ignorante, incapaz que sobrevive de la estafa y la petulancia. Sus limitado lenguaje lleva a muletillas de risa loca: It’s a disaster fue suficiente para describir la situación en la frontera y justificar el muro, describir la situación de ciudadanos y migrantes, ISIS, Alepo, Obamacare… todo es un disaster. Sin embargo, logra comunicar lo fundamental a su electorado base y la nube de indecisos probables votantes: los políticos son estúpidos porque le dicen a ISIS la estrategia antes de implementarla, le dan chamba a sus amigos que aprovechan los mismos beneficios fiscales de que me acusan, Hillary lleva años de servicio y no han logrado nada, serían cuatro años más de Obama y claro ella es, además, “nasty woman”. Sus promesas atienden a una clase trabajadora golpeada económicamente, los militares, veteranos y toda una gama de “middle americans” dispuestos a perdonarle sus vicios con tal de que les devuelva sus trabajos.

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Me habría gustado escuchar a Hillary describir al peligroso tirano autoritario que sería Trump, pero más aún que señalara su evidente ignorancia y lógica obtusa que sin duda terminarían en un rotundo fracaso de todas sus políticas con costos altísimos para EE.UU.; insistir en que si gana habría que quitarlo cuanto antes por razones de seguridad nacional y la posibilidad de otra guerra mundial. Y es que las claves del tirano populista están ahí todas: contra el órgano electoral (y un eventual “voto por voto, casilla por casilla si los resultados no lo favorecen), contra los medios, a favor de la nueva gélida cortina, xenofobia extrema… y claro menos impuestos. ¿Suena familiar?

Qué bueno que Hillary tenga la prudencia y mesura para dejar a Trump salirse con la suya si eso le va a ganar la presidencia, me congratulo por los resultados que dan a Hillary como más probable ganadora, pero no me confío… quizá muchos están dispuestos a votar por un villano que maquiavélicamente utilice sus vicios como virtudes del Estado. Pensar así sería un error, ya que Trump dista mucho de ser un animal político, diría yo que es un animal a secas. No es Francis Underwood.

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Me imagino un Trump mexicano dispuesto a ponernos en línea con Putin y China para convertirnos en sus aliados y pelearnos con el gringo para exigirle Texas, mandarlo al diablo con la prohibición y emplear a fondo al campo y la industria mexicanos en la producción de drogas de la mayor calidad para invadir los mercados estadounidenses y financiar el desarrollo nacional; que fuera a media campaña a exigir al Rey de España el pago equivalente al saqueo iniciado por Colón en 1492, exigir a España también que participe en el pago con intereses de la deuda histórica que tenemos con los pueblos originarios, regresar y afirmar que “el Rey no lo sabe pero lo va a pagar”, declarar constitucional y necesaria la sujeción de la mujer a los códigos de usos y costumbres machistas así como la criminalización de la diversidad sexual… Y que nadie le conteste nada.

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