Desde la formación del sistema solar el Sol y la Tierra han coexistido en un equilibrio constante que ha permitido el desarrollo de la vida; sin embargo, hay algunos eventos producidos por el Sol cuya amenaza es, esencialmente, para nuestro estilo de vida más que para la vida en sí.
Para entender esto hay que visualizar a la Tierra, que tiene su propio clima, dentro del clima del Sol lo cual se le conoce como clima espacial”. Sí, el Sol también tiene su clima y “estaciones” mejor conocidas como ciclo solar con una duración aproximada de 11 años.
El término “clima espacial” se refiere a las condiciones cambiantes del Sol y del espacio que pueden afectar la tecnología que usamos en la Tierra. El clima espacial puede afectar satélites y por lo tanto todo tipo de comunicación como telefonía, Internet, Navegación (GPS), televisión y algunas frecuencias de radio; también, puede afectar la red eléctrica y causar apagones (ya ha sucedido).
La actividad solar puede provocar condiciones climáticas espaciales aquí en la Tierra, nuestra única protección o defensa el campo magnético.
¿Qué hace el Sol para que nos afecte?
El Sol produce muchos tipos de erupciones siendo las más importantes las llamaradas solares y las Emisiones de Masa Coronal (CME, por sus siglas en inglés). Ambas, involucran gigantescas explosiones de energía pero son bastante diferentes: aunque fuertes llamaradas solares casi siempre se relacionan como emisiones de masa coronal, estas erupciones emiten diferentes partículas, viajan de forma diferente y tienen diferentes efectos en los planetas.
Las erupciones se generan al interior del Sol cuando se “contorsionan” los campos magnéticos, y al alinearse nuevamente, emiten grandes cantidades de energía hacia el espacio; estos fenómenos pueden generar repentinos destellos de luz o erupción solar. Las llamaradas pueden durar minutos u horas y contienen enormes cantidades de energía viajando a la velocidad de la luz tardando alrededor de 8 minutos para llegar a la Tierra.
De acuerdo a la definición de la NASA, una llamarada solar es una rápida liberación de energía en forma de radiación electromagnética, partículas altamente energéticas y movimientos de masa. Las llamaradas solares se producen en las manchas solares que son áreas frías y con intensa actividad magnética en la superficie del Sol por lo que la diferencia de temperatura produce el efecto de una mancha oscura a pesar del brillo del sol. Estas llamaradas se clasifican en llamarada clase “B”, “C”, “M” y “X“respecto al brillo en rayos X.
Estas mismas “contorciones” del campo magnético del Sol también pueden lanzar materia solar hacia el espacio: las Emisiones de Masa Coronal. Esta masa coronal, que viene siendo parte de la atmósfera del Sol viajando por el espacio, afecta el área hacia donde está siendo proyectada o lanzada y es una inmensa nube de partículas magnetizadas altamente energéticas viajando a millones de kilómetros por hora (mucho más lento que la luz) tardando días en llegar a la Tierra.
Si las CME llegan al campo magnético de la Tierra, empuja los campos magnéticos de la tierra creando corrientes que impulsan las partículas hacia los polos terrestres creando Auroras de diversos colores por reacciones con elementos que componen la atmósfera terrestre, pero también, pueden alterar y dañar la tecnología moderna inutilizándola en el peor de los casos.
Cuando estas partículas llegan a la Tierra se producen tormentas geomagnéticas. Las tormentas geomagnéticas son perturbaciones del campo magnético de la Tierra que duran desde varias horas hasta algunos días; se generan por un aumento brusco de las partículas emitidas en las erupciones solares que alcanzan la magnetosfera produciendo alteraciones en el campo magnético terrestre.
Como lo mencioné al principio, la humanidad ya ha sido afectada por poderosas erupciones solares siendo el “Evento Carrington” el mayor de todos los tiempos solo que no fue tan catastrófico porque el desarrollo tecnológico no se compara con el actual.
El “Evento Carrington”, ocurrido en septiembre de 1859, es la actividad solar más importante registrada hasta ahora la cual generó una serie de poderosas eyecciones de masa coronaria (EMC) que golpearon la Tierra de frente produciendo grandes auroras boreales tan al sur que hay relatos de Auroras vistas en México. Las intensas tormentas geomagnéticas hicieron que las líneas telegráficas del mundo sacaran chispas incendiando oficinas telegráficas inhabilitando las comunicaciones de la época.
Hoy en día, un evento similar podría tener un efecto sumamente catastrófico sobre el tendido electico actual pero sobre todo en las telecomunicaciones modernas: sin luz por semanas o meses, sin telecomunicaciones, sin internet, sin tecnología actual.
Es por esta razón que el presidente de Estados Unidos emitió una orden ejecutiva para prepararse y mitigar todos los riesgos ante un fenómeno de esta naturaleza. Esto no significa que sea inminente una gran erupción solar que impacte nuestro planeta (aunque para paranoicos aficionados a las conspiraciones sí), lo que sí significa es que por primera vez se reconoce que hay nula preparación y conocimiento ante estos eventos donde nuestra tecnología es altamente vulnerable al clima espacial. Veámoslo de esta forma: la humanidad ha construido casas de adobe, sin castillos ni elementos estructurales, en una zona con alta sismicidad. El desastre está garantizado por la gran vulnerabilidad.
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Referencias
Max Gleber
NASA’s Goddard Space Flight Center, Greenbelt, Md.
Solar Dynamics Observatory (SDO)
NASA
SPACE WEATHER PREDICTION CENTER
NOAA