La suegra masoquista

Recientes

¡Gano hasta 12 mil pesos en un buen día Lady Pays!

Hoy les traigo la historia de una emprendedora que no sólo endulza los días con sus pays, ¡sino que también endulza el corazón de todo Nuevo León! Les hablo...

Develan billete de Lotería Nacional para conmemorar el centenario de la Facultad de Filosofía y Letras

Es un reconocimiento a la comunidad académica que busca construir, desde el humanismo y la visión crítica, una mejor sociedad, afirmó Fernando Macedo Chagoll,..

Inició la tercera edición de la campaña «Adoptaxolotl»

Salvar al axolote de Xochimilco (Ambystoma mexicanum), especie endémica de esa región actualmente en peligro de extinción, y restaurar su hábitat natural, es...

Reforma judicial: nuevas controversias ante la SCJN

La SCJN enfrenta una creciente ola de controversias legales derivadas de la reforma judicial publicada en septiembre de este año. Este jueves, se abrieron tr...

México ante la política comercial de Trump

México podría obtener una ventaja relativa sobre China si el gobierno de Donald Trump decide implementar una política arancelaria más estricta. Así lo afirmó...

Compartir

Mi amiga Julieta tenía una suegra masoquista, y creo que no hay cosa peor, excepto el que tu propia madre lo sea. En una ocasión le hablaron por teléfono y le preguntaron que cómo estaba y ella en voz débil contestaba “bien, bien, aquí a oscuritas pero si no me muevo mucho no me pego contra los muebles y estoy mejor.”

“¡¿Qué?! ¿Por qué estás a oscuras?”

“Es que se fundió un fusible hace tres días y pues me dio pena molestarlos a ustedes para que me lo cambiaran…”

El trastorno de la personalidad masoquista implica una conducta continua, a lo largo de la vida adulta, de auto martirio y auto victimizarse.  Se ponen en situaciones lamentables donde los demás los pueden explotar y maltratar, pues sienten que deben ser sacrificados. Rehúyen el contacto con el placer en cualquiera de sus formas.

El papá de una paciente mía le dijo que iría a la boda de ella completamente solo, y ella enojada le espetó: “¡No! Ni de broma vas a ir solo a mi boda para ir repartiendo por ahí esquelas de lástima”.

También te puede interesar:  Las matanzas son un problema de Salud Mental, no del internet

El masoquista disfruta enormemente que los demás vean cuánto sufre, cuan solo está, y va por la vida como alma en pena recitando sus dolencias y malestares: “Pues aquí m’ijita, ya sabes, como siempre con el dolor de la ciática, y ahora ya me salieron unos espolones en los pies, y pues de tantas medicinas tengo una diarrea terrible, pero como no me puedo mover no llego a tiempo al baño y …” Así dirá la suegra masoquista a quien se le asoma la raíz de canas blancas en la cabeza pues qué esperanzas de que pudiese pintar el pelo o comprar ropa nueva o buenos zapatos. Cómo gastar tanto dinero en cosas para ella. Imposible.

La verdad es que el masoquista ¡GOZA MORTIFICAR A LOS QUE LO RODEAN! Sí, mortificar. Esa es su parte sádica: con su masoquismo él o ella siempre se ponen de víctimas y ponen a los demás como victimarios, hacen que uno se sienta como el malo de la película, culpable, hasta que uno de verdad de enoja y lo trata como él o ella tanto lo han deseado inconscientemente: con la punta del pie.

También te puede interesar:  La suegra masoquista

Lo problemático es que cuando van a terapia logran que el terapeuta se sienta igual de impotente que los familiares pues el masoquista disfruta serlo, goza del sufrimiento, y por ello no desea curarse y “ser feliz”. Realmente el problema es para los familiares que sufren como espectadores del teatro masoquista, y a veces deben pagar las pérdidas económicas que implica un familiar enfermo, o uno que no exige la paga que merece por su trabajo.

 

Comentarios