Aquella noche, Armando Duval conoce a la famosa Margarita Gautier en una de las tantas reuniones del París nocturno, donde los caballeros de la alta sociedad se reúnen con las damas que sólo son vistas cuando el sol se oculta.
Armando no es la excepción a estos caballeros de nombre de abolengo. Pero sí hay algo diferente en él y sobre todo en la manera en que mira desde lejos a Margarita.
Es el primer hombre que se enamora verdaderamente de la cortesana conocida por su afición a las camelias. Y así es como Armando se acerca a ella, con un bello corsage de camelias para adornar la mano de la hermosa Margarita.
Sin saber cómo, también Margarita comienza a sentir un verdadero amor por Armando.
No importando el escándalo y las circunstancias que los rodean, ambos se entregan por completo a ese amor.
Para alejarse de las lenguas venenosas que condenan su relación, Armando y Margarita huyen a una casa de campo, a unos kilómetros de París. Lugar al que llega el padre de Armando, sin que su hijo lo sepa, para conversar seriamente con Margarita.
El anciano sabe que el amor de Armando es auténtico, pero le dice a Margarita que no pueden olvidar los convencionalismos sociales que condenan su pasado.
La factura es muy costosa, y ya se ha hecho notar porque la hermana de Armando está a punto de contraer matrimonio con un caballero de renombre, pero no será posible si la familia de éste confirma que Margarita es la pareja de Armando.
Margarita ama demasiado a Armando como para condenarlo a la vergüenza social y perjudicar su buen nombre, así que regresa a París y acepta la protección del conde de Varville, que paga sus gastos a cambio de hacerla su amante.
Herido en su amor propio y movido por el despecho de los celos, Armando confronta a Margarita una noche y le arroja en la cara el dinero que ganó apostando en las cartas, diciéndole que si por dinero lo dejó, que ahora le paga como todos los que la han comprado antes.
Armando se marcha y Margarita no recoge los billetes, pero sí las camelias que adornaban su cabeza justo antes del desprecio de su amado. Ella no lo ha podido olvidar y desea la muerte al no poder estar con Armando.
Como si el cielo escuchara sus súplicas, Margarita enferma de tuberculosis y rápidamente se va extinguiendo. Nanette su ama de llaves, ante la inminente muerte de su patrona, busca a Armando y le cuenta la verdadera razón de por qué Margarita lo abandonó.
Cuando la cortesana está a punto de morir, Armando llega a su lado y entre lágrimas, le entrega un ramo de camelias, suplicando su perdón.
Margarita toma entre sus manos las camelias, perdona de corazón a Armando, y sonriendo exhala su último respiro.
En el periodismo de vida de este viernes, recordamos la novela escrita por Alejandro Dumas en 1848. La trágica historia de amor de Armando Duval y Margarita Gautier, llamada “La dama de las camelias”.
Esa cortesana que después de conocer los mayores vicios y venderse al mejor postor, reconoce el verdadero amor en un hombre que ve en ella el mismo candor de las camelias que atesora con tanta fascinación.
Este símbolo asignado a la protagonista de la novela no es una casualidad, pues muchas veces se ha recurrido a las flores en la literatura universal. Precisamente porque las flores suelen tener un significado mucho más profundo que sólo un aroma y un color.
¿Existe en verdad un “lenguaje de las flores”?
Pues sí, y es la floriografía la encargada de explicar este lenguaje y significados.
La floriografía tuvo un auge increíble durante el reinado de Victoria Primera, en el Reino Unido. En ese entonces, las flores servían para enviar mensajes secretos que no se podían hablar en público.
Según algunas teorías, este lenguaje se originó en Grecia y Persia, transmitiéndose de generación en generación, desde el Antiguo Egipto, la Edad Media, el Renacimiento, hasta llegar al Romanticismo.
Mucho de este arte de la comunicación por medio de las flores se ha perdido, pero aún sabemos que las rosas rojas implican apasionamiento, amor romántico. O que las rosas rosadas puede simbolizar amistad, mientras que las blancas sugieren virtud y castidad.
Y obviamente, también están los significados muy personales que cada uno damos a una flor por algo que nos recuerda o porque en determinada situación nos regalaron o enviamos flores a alguien importante en nuestra vida.
Por eso hoy te pregunto en este periodismo de vida: ¿cuál es tu flor favorita y qué significa para ti? Escríbeme a las redes sociales de QTF y comparte tus experiencias y comentarios conmigo.