A ti que me escuchas esta mañana en ¡Qué tal, Fernanda! te pregunto: ¿Cuántos litros de agua pura tomas al día?
Seguramente has escuchado que beber agua limpia y pura es uno de los principales factores que ayuda a conservar nuestra salud. Porque de hecho, la mayor parte de nuestro cuerpo es agua y por eso es primordial beber más de un litro al día para que todas las funciones que realiza no tengan problema alguno.
La triste realidad es que gran parte de las fuentes naturales de agua en el mundo están contaminadas actualmente, lo que provoca una gran confusión sobre el tipo de agua potable que debemos beber y qué filtro casero es el más adecuado para no correr riesgos.
Pero este miedo a contraer enfermedades ocasiona al mismo tiempo que muchas personas elijan bebidas embotelladas -como el refresco- en su consumo diario de líquidos. Decisión que obviamente genera todo lo contrario a una buena salud.
Para que te des una idea de esto, en Estados Unidos la principal fuente de calorías proviene del jarabe de maíz de alta fructuosa, o lo que comúnmente llamamos “refresco”. Según los estudios de consumo de los últimos años, los estadounidenses consumen un promedio de un galón de refresco semanalmente.
Nosotros en México compartimos con el país vecino esta preferencia por las bebidas dulces, en un consumo excesivo de fructuosa que provoca la obesidad y varias enfermedades crónico degenerativas como la diabetes.
Y como siempre será mejor y mucho más barato prevenir que remediar, hay una solución bastante simple a este problema: sustituir todas las bebidas dulces por agua pura. Lo malo es que también muchos de los suministros públicos de agua están contaminados con subproductos de limpiadores, fluoruro y medicamentos, entre otros.
Así que no sólo se trata de beber agua supuestamente pura de la llave porque en realidad no está completamente pura. Incluso lo que muchas personas recomiendan es beber agua alcalina, que además de estar purificada, también puede traer beneficios para nuestra salud.
¿Pero qué es esto de la alcalinidad del agua?
Para entender bien este concepto, primero debemos definir lo que es el PH -o potencial de hidrógeno- de un líquido. Porque al hablar del PH nos referimos a la concentración de iones de hidrógeno.
El PH se mide en una escala que va del 0 al 14, donde el 7 es el valor neutro de la tabla. Por debajo del 7 nos encontramos con un medio ácido y con mayor cantidad de iones de hidrógeno libres, mientras que por encima del 7 ya es alcalino.
Basándonos en esta escala, el agua pura en su estado natural tiene un PH neutro. Es decir, igual a 7 con la misma cantidad de iones Oxidrilos que iones Hidróxilos, que significa ni ácida ni alcalina.
¿Pero qué pasa si añadimos o aumentamos el nivel de minerales alcalinos en el agua? Me refiero al calcio, potasio, sodio o magnesio. Pues que obtendremos agua alcalina más rica en oxígeno con más iones Hidróxilos.
Cuando escuchamos hablar de agua alcalina, nos están diciendo que se trata de agua con un PH por encima de 7.5. En esto reside que se puedan aprovechar mejor sus propiedades porque a mayor nivel de PH, entonces también es mayor la capacidad de alcalinidad. Un valor óptimo de agua alcalina está entre un rango de PH de 8 a 9.5
En este punto es importante distinguir que existen varios tipos de agua para consumo humano y que no todas tienen las mismas propiedades ni son potables.
Por ejemplo el agua purificada, que ha sido sometida a algún proceso de eliminación de impurezas o elementos patógenos para que pueda ser bebida. Para ello se utilizan diferentes sistemas como la cloración, ósmosis, filtros de carbón, etc. Esta es el agua más habitual y de consumo doméstico.
Luego tenemos el agua destilada, obtenida por condensación tras ser sometida mediante calor a un proceso de ebullición para eliminar cualquier mineral presente en ella. Se utiliza sobre todo como agua para las planchas y baterías de automóviles.
Otra es el agua desionzada o desmineralizada, que al igual que la destilada, se le quitaron todos sus minerales, pero con resinas de intercambio iónico. Su uso es sobre todo para las calderas.
También está el agua mineral embotellada, proveniente de manantiales con mayor o menor cantidad de minerales y propiedades. En algunos casos es sometida a procesos de ósmosis inversa antes de su embotellado. La calidad del agua depende tanto del manantial como del envase utilizado.
El agua dura es aquella con un gran contenido de iones positivos. Proviene normalmente de suelos calcáreos y dificulta la disolución de jabones en ella por sus cantidades de cal. Y por otro lado, está el agua blanda con menor cantidad de cal y minerales.
Finalmente, está el agua alcalina ionizada sometida a un proceso de alcalinización por electrólisis, filtros ionizados con minerales alcalinizantes que permiten obtener agua con un PH superior a 8.
Según estudios realizados en Japón, beber agua alcalina ayuda a neutralizar y eliminar los desechos y toxinas que se producen en nuestro cuerpo, así como los ácidos que se generan en los procesos digestivos.
Además de proporcionar una mejor hidratación, el agua alcalina es una fuente de antioxidantes que actúa de forma natural contra los radicales libres, oxigena mejor las células, evita la retención de líquidos y aporta minerales esenciales como calcio, magnesio y potasio, necesarios para nuestro cuerpo.
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Después de conocer los diferentes tipos de agua en este periodismo de vida, te hago otra pregunta: ¿Sabes qué estás bebiendo cuando dices que tomas agua pura?
Si tienes una marca favorita o algún proceso específico para purificar el agua, te invito a que revises bien si lo que estás bebiendo es el agua más adecuada y me escribas a las redes de QTF para compartir tus opiniones sobre este tema.