En la FES Acatlán, estudiantes y docentes trabajan en un proyecto para analizar cómo la tecnología disruptiva afecta la toma de decisiones. Liderado por Alba Gabriela Cabriada Jarquín, de la licenciatura en Relaciones Internacionales, este esfuerzo busca desarrollar un simulador que enfrente a los participantes con dilemas reales derivados de avances tecnológicos.
La tecnología disruptiva es toda innovación que cambia radicalmente la manera de operar de personas y empresas. El proyecto plantea casos concretos para que los estudiantes reflexionen si la tecnología es una herramienta o una necesidad esencial para el bienestar futuro. También se abordan las medidas que los estados deberían implementar frente a estos cambios.
El proyecto inició en 2021 como parte del Programa de Apoyo a la Investigación para el Desarrollo e Innovación de la FES Acatlán. Desde entonces, el equipo ha revisado casos como el de Neil Harbisson, el primer cyborg reconocido legalmente. Harbisson, nacido con acromatopsia, recibió una antena implantada en su cráneo que le permite “escuchar” colores a través de vibraciones.
Cuando Harbisson intentó renovar su pasaporte, las autoridades británicas inicialmente rechazaron incluir la antena en su foto oficial. Finalmente, se reconoció el dispositivo como parte de su cuerpo, sentando un precedente legal. Este ejemplo expone cómo la tecnología desafía las políticas públicas y plantea interrogantes sobre seguridad, privacidad y derechos individuales.
El equipo también analiza proyectos polémicos como Neom, una ciudad inteligente en Arabia Saudita, que evidencia cómo la tecnología puede generar desigualdades sociales. Estos casos permiten explorar los dilemas éticos y políticos que surgen cuando la innovación supera a las normativas vigentes.
Actualmente, el proyecto avanza en la creación del simulador. Aunque es un proceso complejo que requiere software especializado, el objetivo es permitir a los estudiantes enfrentar escenarios reales y tomar decisiones desde una perspectiva ética y política.
En un futuro, se espera que esta herramienta contribuya a formar profesionales más críticos y conscientes del impacto de la tecnología en las sociedades modernas. «Nos enfrentamos a un mundo donde la tecnología dividirá a las personas en función de su acceso y capacidades. Es crucial reflexionar y prepararnos», concluyó Cabriada Jarquín.