La energía eólica y solar se han consolidado como fuentes de energía cada vez más importantes en todo el mundo, generando el 12% de la electricidad global en 2022, un aumento del 2% respecto al año anterior. Si se incluye la energía nuclear, el porcentaje de generación limpia se eleva hasta el 39%, estableciendo un nuevo récord en la producción de energía limpia. Sin embargo, el carbón sigue siendo la principal fuente de generación de electricidad, con un 36% de la producción total.
La energía solar experimentó un crecimiento interanual del 24%, lo que la convierte en la fuente de energía que más rápido ha crecido por decimoctavo año consecutivo. Según los datos recogidos por el informe anual Global Electricity Review publicado por Ember, la energía solar generada a nivel mundial en 2022 habría sido suficiente para satisfacer la demanda de toda Sudáfrica. Por su parte, la energía eólica creció un 17% y ya equivale a toda la electricidad consumida en el Reino Unido.
Además de su papel en la producción de energía limpia, la energía eólica y solar también han demostrado ser una solución efectiva durante las crisis energéticas. Durante la crisis energética derivada de la guerra en Ucrania, la energía eólica y solar absorbieron el 80% de la demanda generada por la crisis, limitando así el aumento en la generación de carbón. Este hecho destaca la importancia de la diversificación de las fuentes de energía para asegurar la resiliencia energética en tiempos de crisis.
En resumen, el informe concluye que 2022 fue el año más limpio de la historia en lo que a generación eléctrica se refiere, con emisiones de 436 gramos de CO2 por kWh. Aunque las emisiones del sector energético aumentaron un 1,3%, el uso de energía más limpia está creciendo. Con cada vez más países alcanzando el 10% de producción con fuentes renovables, queda claro que la transición hacia la energía limpia es imparable.