La tensión entre Washington y la Ciudad de México volvió a escalar. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó una advertencia directa: imponer un arancel del 5 por ciento a las exportaciones mexicanas si México no cumple con la entrega de agua acordada en el Tratado de 1944. La información fue dada a conocer por El Universal.
El mensaje del mandatario estadounidense revive un conflicto que ha generado fricción por años. El tratado obliga a México a entregar agua del Río Bravo de manera periódica a su vecino del norte. Aunque México ha mantenido históricamente el cumplimiento, las sequías prolongadas, los conflictos internos entre agricultores y las presiones políticas han complicado las entregas más recientes.
Trump colocó el tema en el terreno comercial. La amenaza de un arancel generalizado reabriría un frente que afectaría a prácticamente todas las exportaciones mexicanas, golpeando sectores estratégicos como el automotriz y el agroindustrial. En momentos en que la relación bilateral ya atraviesa tensiones migratorias y de seguridad, la postura del presidente estadounidense añade presión económica y política.
Lo significativo es que la advertencia se formula cuando Washington y México enfrentan desafíos compartidos en comercio, migración y seguridad. El agua, un tema técnico y diplomático, se convierte ahora en arma de negociación.
La respuesta del Gobierno mexicano aún no se ha hecho pública, pero la exigencia de Trump coloca a la administración de Claudia Sheinbaum en un dilema complejo: asumir un costo político interno por cumplir el tratado o enfrentar un castigo comercial que podría afectar a la economía nacional en cuestión de semanas.
La discusión apenas comienza, pero la amenaza deja claro que Trump está dispuesto a utilizar cualquier herramienta para obligar a México a alinearse con sus exigencias, incluso si eso implica desestabilizar una relación que sostiene miles de empleos y cadenas de suministro binacionales.

