Organizaciones no gubernamentales buscan justicia dede hace 14 años, en los casos de malversación de fondos públicos que originalmente estarían destinados a la atención de la mujer y el combate al VIH, y exigen que Jorge Serrano Limón y sus colaboradores, entre ellos, el exdiputado panista Luis Pazos, sean procesados y que Serrano Limón sea expulsado del Comité de Normatividad de la Secretaría de Salud y cumpla su condena tras las rejas.
El expediente del caso evidencia un grupo de empresas fantasma creadas por Serrano Limón y que sirvieron para desviar por medio de facturas por la compra de tangas en la Merced, plumas Montblanc en Cartier, trajes adquiridos en Palacio de Hierro, Sears y Liverpool, además de supuesta publicidad y mobiliario, aproximadamente 30 millones de pesos.
«Serrano Limón se robó el dinero que dijo era para atender a las mujeres. Él ha sido el rostro público de una corriente de pensamiento contraria a los derechos humanos para las mujeres, una visión que quiere imponer por la vía de la fuerza y del dogma, convicciones propias a toda la sociedad, intentando pasar por encima de la ley», dijo Daphne Cuevas en entrevista, directora de Consorcio para el Diálogo Parlamentario y la Equidad, una de las seis organizaciones que iniciaron la investigación en su contra en 2002.
Serrano Limón, recuperó la libertad el 21 de febrero, después de que su defensa garantizara el pago de 150 mil pesos por obligaciones procesales, 13 mil 572 pesos por una multa y 25 millones 764 mil 539 pesos por reparación del daño.
«En 2002 el dinero que recibió Serrano Limón lo pactó con el entonces diputado panista Luis Pazos, quien asignó los recursos de manera unilateral. Pazos jamás ha sido tocado por este caso. Es una de las deudas de la justicia; es el que ha gozado de más impunidad en este caso, y debe ser procesado», indicó Cuevas y añadió: «es importante que Serrano Limón cumpla su condena tras las rejas, porque durante mucho tiempo ha sido el líder moral de un grupo de personas y ahora está siendo exhibido con su doble moral por desviar recursos y gastarse el dinero del erario en cosas personales, lujos innecesarios”.
Con información de La Jornada