El fanático supremacista que mató a nueve afroestadounidenses en junio de 2015 en un crimen múltiple que confesó apenas fue arrestado y del cual no mostró ningún remordimiento fue condenado a muerte.
«En mi confesión al FBI les dije que tenía que hacerlo«, afirmó Roof al jurado de doce personas que lo juzgó.
El fiscal del caso afirmó que Roof fue un asesino calculador motivado por el odio y el racismo; su falta de remordimiento todavía dejan una marca que será imposible de superar para los familiares de las víctimas.
Durante el juicio se demostró que el atacante disparó más de 75 veces, recargando su arma siete veces mientras accionaba su pistola repetidamente contra las personas que estaban allí.
Luego del ataque el 17 de junio de 2015, Roof le dijo a una de las tres personas que sobrevivieron, Polly Sheppard, que le estaba salvando la vida para que «pudiera contar la historia«.
El jurado tardó tres horas para llegar a un veredicto unánime que al momento de ser presentado al juez del caso no generó ninguna reacción visible de parte del acusado.
Con información de Univisión