Son la imagen que conocerá la posteridad y acompañará a los demás presidentes de Estados Unidos en la Galería Nacional del retrato en la ciudad de Washington, D.C. Ambos fueron realizados por artistas afroamericanos.
El retrato de Michelle Obama fue pintado por Amy Sherald
Mientras que el de Barack Obama lo hizo Kehinde Wiley.
Sin duda alguna ambas son formas muy particulares de plasmar a una persona sin preocuparse en las ideas estéticas preconcebidas.
Seguramente los «haters» van a reclamar, y mucho.
¿Tú que opinas?