El vicepresidente de Baker Hughes en México y Latinoamérica, Bob Pérez, negó algún conflicto de interés por el arrendamiento de una propiedad del exejecutivo Keith Schilling a José Ramón López Beltrán, hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, y Carolyn Adams, su pareja.
«Tenemos más de 60 años operando en México, siempre con total transparencia y estricto cumplimiento de todas las leyes aplicables y de los requerimientos de Pemex; Baker Hughes no tuvo ninguna participación en la transacción de arrendamiento mencionado», dijo.
Lo anterior, se desató tras la polémica por un reportaje sobre el estilo de vida en Estados Unidos (EU) de López Beltrán. «Primero ocupó una mansión de un millón de dólares, propiedad de un alto ejecutivo de una compañía petrolera que tiene contratos vigentes en Pemex, y luego se mudó a una residencia recién construida. En Estados Unidos se mueve en una camioneta Mercedes Benz valuada en 1.5 millones de pesos (mdp)», destaca el trabajo periodístico titulado Así vive en Houston el hijo mayor de AMLO.
Además, la firma especializada en investigaciones y cumplimiento normativo R. McConnell Group negó la existencia de conflicto de interés alguno entre Baker Hughes y el arrendamiento de la residencia de uno de sus empleados.
Pérez agregó en conferencia de prensa: «La residencia en cuestión nunca ha sido propiedad ni ha sido gestionada directa o indirectamente por la empresa». Y explicó que Schilling se incorporó a la empresa en 2016 y dejó la compañía el 31 de diciembre de 2019.
«El señor Schilling nunca trabajó en ningún área relacionada con México ni con o para clientes mexicanos. Keith Schilling fue el líder de Baker Hughes en Canadá en 2019», detalló.
De acuerdo con la información revelada por el directivo, la declaración de Schilling y la revisión des asunto «indican que la transacción se celebró a través de un proceso de solicitud de arrendamiento convencional».