Este viernes, Rishi Sunak acudió al Palacio de Buckingham para presentar su dimisión como primer ministro del Reino Unido, siguiendo la tradición constitucional. Este acto formal precede la asunción del líder laborista, Keir Starmer, quien ha sido llamado a formar el nuevo gobierno tras una histórica victoria electoral.
Acompañado por su esposa, Akshata Murty, Sunak salió del número 10 de Downing Street por última vez como jefe del gobierno, dirigiéndose al palacio real. En su última audiencia con el rey Carlos III, Sunak completó los trámites para su renuncia y, como es costumbre, abandonó el palacio por una puerta trasera, evitando el contacto con los medios. Luego, se espera que regrese a su circunscripción en el norte de Inglaterra, donde continuará como líder del Partido Conservador hasta que se inicie el proceso para elegir a su sucesor.
Keir Starmer, el nuevo líder
Después de la salida de Sunak, Keir Starmer acudirá al Palacio de Buckingham para recibir la petición formal del monarca de formar un nuevo gobierno. Starmer liderará el Reino Unido después de que el Partido Conservador sufriera una derrota sin precedentes, perdiendo más de 240 escaños y quedando con solo 119, el nivel más bajo para los conservadores desde 1906.
En una declaración ante la residencia oficial del número 10 de Downing Street, Sunak reconoció la clara decisión del pueblo británico, subrayando que es «el único juicio que importa». También tuvo palabras de elogio para su sucesor, describiendo a Keir Starmer como un político “decente al que respeto”.
Un cambio de era
La derrota de los conservadores marca el fin de una era y el inicio de una nueva etapa bajo el liderazgo de Keir Starmer. Los próximos días serán cruciales para el nuevo gobierno, que enfrentará desafíos significativos en una nación que ha mostrado su deseo de cambio.
Sunak, mientras tanto, regresará a su vida como miembro del Parlamento, dejando atrás su papel en el centro de la política británica pero prometiendo apoyar el proceso de transición dentro de su partido.
Con este cambio, el Reino Unido se prepara para un nuevo capítulo en su historia política, con expectativas puestas en cómo Starmer manejará los retos venideros y en cómo los conservadores reestructurarán su liderazgo para el futuro.