Varios miembros de un presunto comando islamista que el sábado atacó una base aérea en el norte de India, dejando al menos 13 muertos, siguen atrincherados en ella.
El ataque inició la madrugada del sábado y desembocó en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los insurgentes que se extendieron por más de 30 horas y la operación todavía está en marcha.
Cuatro hombres armados atacaron la base aérea en Pathankot cerca de la frontera de la India con Pakistán y fueron abatidos durante el tiroteo, mientras que hasta el momento siete militares indios han perdido la vida.
Rajiv Mehrishi, un alto responsable del ministerio del Interior, dijo que las tropas y la policía habían frustrado el objetivo de los asaltantes de dañar el equipamiento de la base.
«Debido a un servicio de inteligencia activo y a la rápida respuesta de (nuestras) fuerzas, podemos asegurar que no ha habido daños en el material», dijo Mehrishi a la prensa en Nueva Delhi.
Según Mehrishi, siete miembros del personal de seguridad habían muerto y 20 más habían resultado heridos, aunque no se pronunció sobre los últimos acontecimientos del domingo.
Con información de La Jornada