El 6 de enero es la fecha más esperada por todos los niños de México, que confían en los Reyes Magos para cumplir sus deseos en forma de juguetes y dulces. Una tradición que aparece en nuestro país después de la conquista española y que poco a poco va cobrando características muy propias de los mexicanos.
Para empezar, en México se les conoce como Los Santos Reyes y es más común dejar los zapatos a la vista la noche del 5 de enero, pues a la mañana siguiente encontrarás a un lado los regalos y puede que hasta una dotación de dulces. Aunque también la tradición señala que si el niño se portó mal durante el año, en lugar de juguetes le dejarán un pedazo de carbón.
Así recuerda Manuel que fue durante toda su infancia. Cómo olvidar esas noches en que apenas si lograba dormir por los nervios y la ansiedad. O las ocasiones en que se escondía para poder ver al elefante de Baltasar, al camello de Melchor y al caballo de Gaspar. Desafortunadamente, siempre le ganó el sueño y nunca pudo verlos.
Pero los regalos sí aparecían junto a sus zapatos y el día era increíble, porque además en la escuela los dejaban llevar los juguetes para mostrarlos a sus compañeros y jugar en la hora del recreo. Y por si fuera poco, en la noche todavía quedaba una celebración más: partir la rosca de reyes y saborear ese delicioso pan con azúcar y fruta cristalizada.
Es en ese momento, desde que tiene memoria Manuel, que comienza otra larga tradición que no lo abandona hasta nuestros días: Manuel siempre, ¡siempre! corta un pedazo de la rosca donde viene uno de los famosos muñequitos blancos. Ese muñeco que representa al niño Jesús que escondieron durante la persecución de Herodes.
Este es el significado de por qué se oculta un muñeco dentro de la rosca, lo cual simboliza un acto de suerte al convertirse automáticamente en el padrino de Jesús. Aunque actualmente cada rosca tiene al rededor de 10 muñecos y los que corren con esta suerte no se sienten tan afortunados por una simple razón: ser padrino significa asumir los gastos del bautizo.
¿Qué gastos? Los que genera que el 2 de febrero se tenga que celebrar con tamales, chocolate, atole, buñuelos, etc., etc.
El día en que Manuel se dio cuenta de que ya no era un niño no fue cuando los Reyes Magos dejaron de llegar a su casa. Más bien, fue cuando partió la rosca en su primer empleo y, como siempre, le tocó el muñeco. Esa mañana empezaron las verdaderas responsabilidades adultas de un padrino encargado de llevar los tamales para todos en la oficina.
La historia se repitió al año siguiente, y el siguiente y así… Manuel, tome el turno que sea, corte la rosca por donde la corte, y del tamaño que la corte, siempre sale con mínimo un muñeco. Y siempre, sin excusa ni pretexto, el 2 de febrero se presenta en la oficina con una buena dotación de tamales y chocolate o atole.
En este periodismo de vida, te conté la historia de Manuel porque precisamente este viernes se celebra el Día de la Candelaria. Hoy, todos aquellos que partieron la rosca el 6 de enero y encontraron uno de los muñecos tienen que cumplir con su compromiso de llevar tamales para sus compañeros de trabajo, para los amigos o la familia.
Pero, ¿qué tanto sabes de esta celebración?
El Día de la Candelaria es una de las tradiciones católicas con mayor arraigo en la cultura mexicana, pero en realidad es una fiesta que se remonta al Siglo 10 en Tenerife, España, y se conmemora el 2 de febrero en honor a la Virgen de la Candelaria. Es a partir de la colonización española en América que muchos países latinoamericanos hoy incluyen esta fecha religiosa en su calendario.
Obviamente, todos conocemos el Día de la Candelaria por la tradición de comer tamales, en la famosa “tamaliza”, como le llamamos en México. Pero también es parte de la tradición la vestimenta especial que se le coloca a la figura del Niño Dios, que es la misma figura que ocupó la parte central del Nacimiento durante la Navidad.
Como siempre ocurre con estas celebraciones españolas, los mexicanos le damos algunos toques muy indígenas al Día de la Candelaria, que lo hace único y diferente a cómo se realiza en otras partes del mundo.
Para empezar, el 2 de febrero coincide también con el día en que se realizan los rituales más importantes dentro del calendario mexica en aquellos tiempos, cuando se hacen ofrendas a los “tlaloques”, como se les llama a los ayudantes mitológicos de Tlaloc, el dios encargado de esparcir la lluvia sobre la tierra y proveerla de fertilidad.
En estas ofrendas siempre está presente el maíz, puesto que se trata del principal nutriente de las culturas prehispánicas, en el sentido físico y espiritual. Por esto mismo se cree que empieza la costumbre de comer tamales, porque en las ofrendas prehispánicas se colocan tamales a los dioses para que no falten las cosechas.
Hoy, si salen a la calle, verán que los puestos, carritos y locales de tamales tienen filas inmensas. Por lo general, cada región del país tiene su propia receta de tamal, como los envueltos en hoja de plátano, originarios de los estados del Sur. También están los típicos tamales de hoja de maíz.
Además está la gran variedad de sabores. Antes sólo se conocían los salados y dulces, pero ahora tenemos de mole, de salsa verde, de mariscos, los de pasas, de piña, de cochinita pibil, de pescado, de queso con rajas de jalapeño, de frijol, de pollo adobado y una lista enorme que nos sorprende.
¿Saben dónde se hace una gran fiesta por el Día de la Candelaria? En Tlacotalpan, Veracruz. En este pueblo maravilloso ubicado al margen del río Papaloapan, los habitantes pasean a la Virgen de la Candelaria por el río para protegerse de las tempestades. Además, organizan una gran verbena popular con música de huapango y sones de los jaraneros.
A ti que me escuchas en ¡Qué tal, Fernanda!, te pregunto: ¿Cómo es tu celebración de el Día de la Candelaria? Cuéntame si conoces tamales con otros ingredientes exóticos o raros. Escribe a las redes sociales de QTF y comparte tus opiniones.