Con un cigarrillo encendido en la mano y como quien hace un comentario casual del clima, Tony le pregunta a Manolo:
-“¿Qué te parece producir la primera obra musical de Broadway en México?”
Manolo, a punto de darle una fumada a su cigarro, voltea y mira fijamente a Tony.
Los altavoces del hipódromo anuncian la siguiente carrera. Suena la salida y una decena de caballos corren como disparados por un cañón.
Normalmente, Manolo tendría la mirada puesta en su caballo favorito, pero en esta ocasión no es así. Se ha quedado pensativo, elaborando en su cabeza una serie de oportunidades, ventajas, desventajas y escenarios posibles.
Así trabaja la mente de Manolo cuando se trata de producir teatro.
Se anuncia el ganador de la carrera. Tony felicita a su amigo:
-“Felicidades, otra vez ganaste una pequeña fortuna, Manolo.”
Manolo sonríe y le contesta a Tony:
-“Te equivocas. Con lo que me acabas de decir, sé que voy a perder mucho más de lo que acabo de apostar, pero te aseguro que será un gran musical.”
Corre el año de 1957…
Robert Warren Lerner llega a México para producir una película, que termina siendo un rotundo fracaso. Pero por el contrario su hermano, el libretista y letrista Alan Jay Lerner, es increíblemente famoso en Broadway y Hollywood.
Tony Carbajal, quien entonces es reconocido como uno de los mejores actores de cine, radio y televisión en México, le propone a Robert que consiga los derechos de las obras de su hermano para producirlas en México.
Esto le parece buena idea a Robert, pero le pregunta a Tony qué productor sería capaz de montar una obra de Broadway en este país. Tony le contesta:
-“¿Quién más que el nieto de una de las productoras más importantes que existió en México y también un gran actor y productor reconocido actualmente? Manolo Fábregas.
Un año después, Mi bella dama se estrena en la ciudad de Monterrey, luego en Guadalajara y el debut en la Ciudad de México es nada menos que en el Palacio de Bellas Artes, rompiendo todos los récords de asistencia hasta esa fecha.
Fue tan grande el éxito de Mi bella dama, que la temporada continuó en el Teatro Esperanza Iris. Esta es la primera versión en español de “My Fair Lady”, y también se trata de la primera grabación con sonido estereofónico de un LP con los temas de una obra musical en México.
Este éxito no representó lo mismo en ganancias, pues para la época era imposible cobrar un boleto de más de 12 pesos. Sin embargo, Manolo inicia así también una larga tradición que continúa su familia hasta hoy, produciendo musicales en México con el mismo nivel de Broadway.
Hoy, en el periodismo de vida, recordamos a una leyenda del cine, la radio, el teatro y la televisión en México: Manolo Fábregas.
Pero mencionar el apellido Fábregas no sólo significa hablar de Manolo, sino de una larga dinastía de hombres y mujeres dedicados al arte de la interpretación y la producción en México.
Un linaje que inicia con la inolvidable Virginia Fábregas. Hija de padre español y madre mexicana, Virginia es la iniciadora de esta dinastía que nace dentro de un teatro y aún en nuestros días continúan en ellos.
Llamada la Sarah Bernhardt mexicana, Virginia inicia su carrera en 1891 y no sólo se conforma con ser actriz, sino que emprende a la par su carrera como productora y construye su propio teatro, llamado Renacimiento, e inaugurado por el entonces presidente Porfirio Díaz.
Manuel, hijo de Virginia, contrae nupcias con Fanny Schiller, actriz mexicana de televisión, cine y doblaje. Y por cierto, Viridiana, también hija de Virginia se dedica a la actuación como su madre.
Del matrimonio de Manuel y Fanny nace en España Manuel Enrique Sánchez Navarro un 15 de julio de 1921. Pero toda su vida usó el nombre de Manolo Fábregas.
A los 13 años su familia regresa a México y es cuando Manolo conoce lo que es el teatro y a partir de ese momento no lo suelta nunca más.
Participa en infinidad de películas en México y España. También trabaja doblando películas al español en Hollywood. Y es el primer actor mexicano en actuar en un musical de Broadway, pero no hablo de Mi bella dama, que la produce aquí.
Manolo Fábregas actúa en el papel protagónico de El rey y yo (The King and I) en inglés, junto a Eileen Brennan, en Nueva York en 1963.
Tanto él como sus hijos siguieron produciendo y actuando en varios musicales, en sus teatros del complejo Fábregas.
¿Quién no ha escuchado hablar de Mi bella dama, de El violinista en el tejado, o de El diluvio que viene? Musicales que ya son una leyenda en nuestro país.
No olvidemos que Manolo se casa con Fela Fábregas, quien además de ser productora a su lado, le da unos hijos que hoy en día continúan con la dinastía de actores, actrices y productores Fábregas: Manolo, Virginia, Martha, Mónica y Rafael Sánchez Navarro.
Hoy, en QTF, hablaremos de estas dinastías que llenan las pantallas de cine y televisión, que se transforman en los escenarios teatrales para regalarnos historias y personajes fantásticos.
¿Te suenan los nombres de los Bichir, los Zurita, los Soler, los Bonilla, los Derbez, los Luján, los Ortiz de Pinedo, las Pinal? Y muchos otros…
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