-“Susana, ya empezó a llorar tu hija”, le dice fastidiado Arturo a su esposa.
Susana se levanta del sillón y pone pausa a la película que están viendo. En lo que va a la habitación de Brenda, Arturo aprovecha para revisar su Twitter y darle un vistazo al Facebook.
Un par de minutos después, Susana regresa a la sala, toma la tablet de Arturo y sale nuevamente.
Arturo la mira desconcertado y le pregunta en voz alta:
-“¿Qué vas a hacer con mi tablet?”
Susana regresa un minuto después y le contesta:
-“Se la di a Brenda para que se entretenga en lo que terminamos de ver la película.”
-“Pero si ya estaba dormida. ¿Por qué se despertó llorando?”, le pregunta Arturo a su esposa.
Brenda se acomoda nuevamente en el sillón, mientras le dice a Arturo:
-“Tuvo una pesadilla y se despertó asustada. Pero ya la puse a ver unos videos para niños. Ahorita se le pasa. Siempre que le damos la tablet se calma y se entretiene.”
Susana reanuda la reproducción de la película, pero Arturo no está del todo convencido de la solución de su esposa y le dice:
-“¿En serio crees que sea bueno que pase tanto tiempo con aparatos? Cuando no es la tablet, es tu celular o la computadora. Apenas tiene 8 años.”
Susana le responde divertida:
-“A su edad sabe manejar todos esos aparatos mejor que tú y yo. Los niños ahora están muy adelantados y hasta es bueno que desde muy chicos ejerciten la mente con la tecnología.”
Arturo aún no se convence y le contesta con otra pregunta a Susana:
-“¿Y si mejor le compras juguetes interactivos? También son buenos para agilizar el desarrollo mental.”
Susana voltea con una cara de fastidio hacia Arturo y le dice muy molesta:
-“¿A qué hora quieres que me ponga a jugar con ella? Apenas si me alcanza el tiempo para todo lo de la casa y mi trabajo. No, olvídalo. Con la tablet es más que suficiente. Es como cuando tú y yo nos entreteníamos viendo la televisión de niños.”
Arturo sabe que tiene todas las de perder si continúa discutiendo con Susana. Así que mejor guarda silencio y sigue viendo la película. Piensa que tal vez su esposa tiene razón y sólo exagera.
De repente, un grito desde la habitación de Brenda se escucha con gran potencia:
-“¡Mamá, ya me aburrí de los videos!”
Susana vuelve a pausar la película y se levanta.
Arturo le pregunta:
-“¿Y ahora qué vas a hacer para calmarla?”
Susana, cansada y fastidiada, le contesta:
-“Le voy a bajar unos juegos nuevos en la tablet. No me tardo.”
En este periodismo de vida, te presento una historia que se repite a diario y cada vez con más frecuencia en millones de hogares con niños pequeños.
Algo, que en apariencia no es perjudicial porque muchas personas dicen que la habilidad de los niños para manipular las nuevas tecnologías demuestra el avance de sus capacidades mentales.
Pero según estudios de la Fundación Kaiser y de Active Healthy Kids, los niños y jóvenes usan de 4 a 5 veces más estos aparatos de lo que deberían, con consecuencias graves en su salud física y mental.
Estamos hablando de dispositivos portátiles como teléfonos celulares, tabletas, juegos electrónicos, relojes inteligentes y lentes de realidad virtual.
Pero, ¿por qué son tan perjudiciales para los niños? Por varias razones:
Entre el nacimiento y los 2 años, los cerebros se triplican en tamaño y continúan en un estado de rápido desarrollo hasta los 21 años de edad. Este desarrollo cerebral está en función de los estímulos ambientales o la falta de ellos.
La estimulación del cerebro causada por la exposición excesiva de estas tecnologías ha demostrado que trae como consecuencias el déficit de atención, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, aumento de la impulsividad y disminución de la capacidad de autocontrol, por lo que los niños hacen más berrinches.
El uso de dispositivos portátiles en niños menores de 12 años restringe el movimiento y por lo tanto retrasa el desarrollo y el aprendizaje. Uno de cada 3 niños ahora entra a la escuela con problemas para alfabetizarse y tener un óptimo rendimiento escolar.
Otro dato escalofriante es el que arrojan los estudios donde se demuestran que los niños que tienen estos aparatos en sus dormitorios presentan 30% más incidencia de obesidad, y de esos niños el 40% también desarrolla diabetes.
Las consecuencias de la diabetes son un mayor riesgo de accidentes cerebro vasculares y ataques cardíacos tempranos. Por estas razones, los niños del siglo 21 son la primera generación en la que muchos no van a sobrevivir a sus papás.
Según un estudio del Boston College, el 60% de los papás no supervisan el uso de la tecnología en sus hijos y el 75% permiten que tengan estos dispositivos en sus habitaciones, por lo que sufren alteraciones del sueño y sus calificaciones se ven afectadas negativamente.
Pero también padecen trastornos mentales de gravedad por el excesivo uso de la tecnología digital. Esto determina en aumento en las tasas de depresión infantil, ansiedad, trastornos de vinculación con otros niños, déficit de atención, autismo, trastorno bipolar, psicosis y comportamiento problemático.
También el tipo de contenido que los niños ven en estos dispositivos es perjudicial, pues la violencia está cada vez más presente en los medios de entretenimiento. De esto se origina que también aumenten los casos de agresión infantil entre compañeros del colegio.
Otro problema de la rapidez en los contenidos digitales es que se incrementa el déficit de atención por la pérdida de pistas neuronales en la corteza frontal cerebral. Disminuyendo así la capacidad de concentración y memoria del niño. Es lo que los científicos últimamente han llamado Demencia digital.
Y por si no fuera poco todo lo anterior, también el uso de la tecnología se ha convertido en una adicción.
Uno de cada 11 niños de entre 8 y 18 años es adicto a los dispositivos portátiles.
Así que si tú que me escuchas tienes hijos que se la viven con estos aparatos y no te explicas por qué en lugar de ser más listos, son todo lo contrario, pues aquí está la respuesta.
Porque una cosa es que sean hábiles en la manipulación de éstos, pero, ¿qué tanto saben socializar con otros niños, con la gente de su entorno? ¿Cómo responden a los estímulos reales del medio ambiente y no a los de una pantalla?
La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría recomiendan que los bebés hasta de 2 años no deben tener ningún contacto con dispositivos digitales. Que de 3 a 5 años se les debe restringir su uso a 1 hora por día. Y que de 6 a 18 años, no deben usarlos más de 2 horas diarias.
La pregunta en este periodismo de vida es: ¿Crees que estos dispositivos portátiles en verdad estimulan la inteligencia de los niños? O por el contrario, ¿piensas que deberían tener mayor contacto social y menos digital?
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