Se trata de una excéntrica adinerada de Singapur que ha decidido desde hace ocho años dejar su vivienda e instalarse en el aeropuerto de Changi de manera permanente.
La crisis que el país atravesó en 2008 le imposibilitó continuar con su holgado ritmo de vida y, como a muchos, el panorama futuro se le transformó en incertidumbre y la imperiosa necesidad de modificar hábitos y bajar los costos fijos de la vida cotidiana. Ella decidió alquilar por mil dólares su triplex y se mudó a la estación aérea más lujosa del mundo.
La mujer se ganó el corazón de los empleados del aeropuerto a fuerza de simpatía y buenos modos: es conversadora y su riqueza cultural le permite dialogar con los pasajeros de todo el mundo que llegan a la estación.
El aeropuerto cuenta con servicios básicos para pasar una «vida confortable»: Wifi gratis, regaderas, una gran variedad de restaurantes y hasta un supermercado. Además, librerías, farmacias y tiendas de ropa. El toque distintivo de la terminal aérea son los jardines diseñados por reconocidos paisajistas. Estas zonas verdes incluyen colecciones de orquídeas, cactus y girasoles dispuestos de manera armoniosa y vistosa. Pero eso no es todo, hay zonas de descanso con sillones reclinables para masajes y una piscina en la terraza, con spa y gimnasio.
Con información de La Nación