El huracán Harvey cobró la vida de al menos una persona en Texas, dejando inundaciones extremadamente serias y daños que tomará años reparar.
Tras haber tocado territorio estadounidense el viernes pasado como ciclón de categoría cuatro, el meteoro se degradó a tormenta tropical, con vientos de 110 kilómetros por hora, precisó el Centro Nacional de Huracanes. Sin embargo, su lento avance por la región, a sólo cuatro kilómetros por hora, lo hace muy peligroso, porque lluvias torrenciales azotarán la misma zona durante varios días.
El fenómeno está provocando inundaciones serias, con lluvias de más de 100 centímetros en algunas comunidades que podrían prolongarse hasta el jueves, causando anegaciones catastróficas, que pueden arriesgar vidas.
La tormenta mató a una persona que quedó atrapada en el incendio de su casa durante la tempestad y unas 10 personas resultaron heridas en esa ciudad por la caída de techos y árboles.
Donald Trump llamó ayer a los equipos de emergencia a mantenerse totalmente movilizados, porque los efectos de Harvey se sentirán varios días, según la Casa Blanca.
Con información de La Jornada