Este sábado se registró el solsticio de invierno, un fenómeno astronómico que marca el inicio oficial del invierno en el hemisferio norte y que se distingue por ser el día con menos horas de luz solar del año. A partir de este momento, los días comenzarán a alargarse de forma gradual, aunque el frío persistirá durante varias semanas más.

El solsticio ocurre cuando el eje de rotación de la Tierra se inclina al máximo en dirección opuesta al Sol. En ese punto, la luz solar incide de manera más indirecta sobre el hemisferio norte, provocando jornadas más cortas y noches más largas. No se trata de un cambio abrupto, sino de un punto preciso en el calendario astronómico que ha sido observado y celebrado por distintas civilizaciones desde hace miles de años.

En términos científicos, el solsticio no dura todo el día. Es un instante exacto en el que el Sol alcanza su posición más baja en el cielo al mediodía. Sin embargo, sus efectos se perciben a lo largo de toda la jornada, especialmente en la reducción de la luz natural.

Celebración ancestral en Stonehenge

Como cada año, el solsticio de invierno fue motivo de celebración en Stonehenge, el monumento megalítico ubicado en Inglaterra que mantiene una alineación precisa con los movimientos solares. Desde la madrugada, cientos de personas se congregaron para presenciar el amanecer y participar en rituales simbólicos que evocan tradiciones ancestrales vinculadas al ciclo de la naturaleza.

A diferencia del solsticio de verano, que suele atraer a multitudes más numerosas, el de invierno tiene un carácter más introspectivo. Históricamente, representaba el momento en que la oscuridad alcanzaba su punto máximo antes de dar paso, lentamente, al regreso de la luz. Para muchas culturas antiguas, este día simbolizaba renovación, resistencia y esperanza.

En Stonehenge, la alineación de las piedras permite que el Sol se oculte en un punto específico durante el solsticio de invierno, lo que refuerza la teoría de que el sitio fue diseñado como un calendario astronómico y ceremonial.

Qué cambia a partir de hoy

Aunque el frío continuará intensificándose en las próximas semanas, el solsticio marca un punto de inflexión. Desde mañana, los días comenzarán a ganar segundos de luz de manera progresiva. El cambio es casi imperceptible al inicio, pero se vuelve más evidente conforme avanza el invierno.

Este fenómeno no solo tiene implicaciones astronómicas. También influye en el estado de ánimo, los ciclos de sueño y diversas actividades humanas. Por ello, el solsticio ha sido observado, registrado y celebrado a lo largo de la historia, mucho antes de la existencia de calendarios modernos.

El día más corto del año no es solo una fecha científica. Es un recordatorio del vínculo profundo entre la Tierra, el Sol y los ritmos que siguen marcando la vida humana.