¿Reinvención de las bodas, tras pandemia?

Si bien, de acuerdo con lo dictado por las autoridades nacionales, México se encuera iniciando la ‘nueva normalidad’ por la pandemia de COVID-19, las bodas de los próximos meses serán ser diferentes a lo que tradicionalmente concebimos.

Una especie de bodas ‘de transición’ es lo que ya se ha visto en países europeos, señala Bodas.com.mx, donde los gobiernos contemplan medidas para que este tipo de eventos sociales cumplan «restricciones de aforo, medidas sanitarias y pautas de distancia social».

De acuerdo con las etapas marcadas por el semáforo de reactivación, las actividades en salones de evento podrán realizarse hasta la fase amarilla. Si bien, la autoridades federales han marcado porcentajes de aforo, éstos son ya que cada estado deberá adaptarlos a su realidad.

Panorama actual y a corto plazo de las bodas

• La gran mayoría de las bodas se están posponiendo; de acuerdo con una encuesta que realizaron en la última semana de abril a cerca de mil parejas mexicanas que tenían previsto casarse entre marzo y agosto, el 96.8% pospone, frente al 3.2% que cancela. 
• El sector ha sabido responder; incluso en menos de 24 horas las parejas han encontrado respuesta y disposición de sus proveedores para reagendar su boda con el mismo equipo. 
• La mayoría de espacios y proveedores está aceptando cambios de fecha sin penalización y muchos ni siquiera piden una actualización de tarifas en el caso de las bodas que se aplazaron a 2021.

Para conocer más afondo lo que depara el futuro de las bodas, a continuación de contamos la información al respecto que detalló el portal nupcial para fernandafamiliar.soy:

¿Cómo han resuelto los cambios de fecha o venue para celebrar las bodas?

Debido a que el banquete representa un 40% del presupuesto de la boda y que en torno a esto gira gran parte del resto de servicios, lo recomendable es que la pareja (o el wedding planner) consulte primero al espacio del banquete qué opciones tienen para reagendar la boda. Evaluar tres posibles fechas facilitará emparejar disponibilidades con el resto de proveedores a los que necesitarán presencialmente en la boda (fotografía, música, decoración/flores). 

Un dato interesante que hemos visto en estos meses es que, además de cambiar de estación, una de cada cinco parejas (17%) cambiará su boda de día de la semana. Debido a que la ocupación de los sábados es alta durante todo el año y hay muchas bodas pendientes de celebrarse, el viernes se está convirtiendo en el “nuevo sábado”.

¿Qué hay de las bodas en casa? ¿Cómo operan? ¿Qué variación de costos y servicios hay?

Por el momento, no nos consta que algún Registro Civil en México haya permitido durante la cuarentena el desplazamiento de los oficiales al domicilio de los contrayentes o haya introducido (como sucede, por ejemplo, en Nueva York) las bodas por videollamada. Por eso, entendemos esas “minimonias” en casa como lo que son: celebraciones simbólicas y no un reemplazo de la celebración. Algunas parejas lo hacen para rendir un romántico homenaje a la fecha original de la boda o incluso terminar de superar ese bache emocional que implicó posponer su gran día.

¿Reinventarse o morir? ¿Qué pasará en el mediano y largo plazo con las bodas?

¡Siempre reinventarse! La buena noticia es que, a diferencia de otros sectores, las bodas se aplazan y eso significa que ese gasto de las parejas solo se pospone, no desaparece por completo. 

Mientras se definen bien los lineamientos para eventos sociales en cada estado, confiamos en que el sector se reactive en los meses siguientes aun y con restricciones de aforo, sana distancia, medidas sanitarias y diferencias entre regiones. Sin duda, las bodas tendrán que cumplir con la seguridad sanitaria que exige la “nueva normalidad”, pero eso no significa que vayan a dejar de ser emocionantes, alegres y llenas de ilusión. También es importante enfatizar que estas son bodas “de transición”, pues esperamos que cuando el virus pueda ser controlado, las bodas puedan tener menos restricciones.

¿Las nuevas fórmulas para planear y realizar una boda sin que pierdan su encanto, podrían implicar estimaciones fuera de serie por sus componentes y costos?

Aunque falta conocer las medidas que dicten las autoridades sanitarias para poder volver a celebrar bodas, los eventos sociales seguramente tendrán que integrar en su día a día la sanitización de espacios y el equipamiento sanitario de sus empleados (cubrebocas, dispensadores de gel desinfectante y otros equipos). Aunque los gastos de operación de las empresas de banquetes puedan elevarse un poco, desde el sector debemos verlo como una inversión, ya que será esto lo que les permita realizar las bodas de forma segura y reanudar la actividad.

Nos consta que la mayoría de profesionales harán un esfuerzo para asumir ese gasto operativo sin incrementar sus tarifas.

Respecto a los cambios que tendrán que aplicar las parejas para asegurarse de que su evento cumpla las limitaciones de aforo y distancia social que marquen las autoridades, también confiamos en la negociación pareja-proveedor. Al final de cuentas, el presupuesto de una boda siempre se adapta a lo que una pareja tenga previsto gastar.

Y mientras unas medidas pueden suponer un nuevo gasto, otras tendrán un costo cero. Por ejemplo, apostar por la comunicación digital con los invitados o, en el caso de grupos vulnerables y allegados que no puedan asistir presencialmente, las retransmisiones por videollamada.

¿Cómo implementar filtros sanitarios efectivos sin romper el equilibrio de un momento tan especial?

Si bien es importante que las parejas y profesionales adapten sus bodas al nuevo escenario, también es crucial apelar a la corresponsabilidad de familiares y amigos para seguir las medidas necesarias.

En este sentido, la comunicación previa que los novios tengan con sus invitados será una pieza fundamental.

Por supuesto, también los profesionales colaborarán para que la fiesta se desarrolle de forma segura, pero sin que se pierda su esencia en ningún momento.

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