Con 18 años, Diego Urik «N» es el centro de la imputación formulada por la Fiscalía General de Michoacán, por el delito de feminicidio cometido en contra de Jessica González Villaseñor, ocurrido el pasado 21 de septiembre.
Jessica, de 21 años, desapareció el 21 de septiembre y su cuerpo fue hallado cinco días después en un paraje al sur de Morelia.
Tras la detención de acusado, ocurrida el 30 de septiembre, fue trasladado al penal «David Franco Rodríguez». Así, este jueves, en la sala 4 del Poder Judicial, se dio lectura a los cargos que se le siguen al acusado, entre los que se suma el abuso sexual contra la educadora.
Los trabajos en torno al caso apuntan a que Diego agredió sexualmente a Jessica, para después privarla de la vida. Tras lo que, luego de no obtener ayuda de los amigos a quienes se la solicitó, optó por arrastrar el cuerpo hasta el sitio del hallazgo.
A partir del hallazgo del cuerpo y de las primeras versiones salidas a la luz, Diego se convirtió en sospechoso y se mantuvo prófugo de la justicia, siendo buscado por la Interpol en 194 países y la policía estatal de investigaciones.
Mientras tanto, en redes sociales circuló un video donde aparentemente se le veía en un autolavado en el que se aprecia cómo se acerca a la parte trasera del coche, y huele la cajuela. Trascendió que posteriormente, dejó el auto y no volvió por él.
El martes de esta semana, el fiscal general del estado de Michoacán, Adrián López Solís, informó sobre la detención del presunto responsable del feminicidio de Jessica González. Respecto al momento, fue dado a conocer material gráfico en el que se observa al joven, que sería Diego, sentado sobre una silla, vestido con playera blanca, una bermuda y una gorra color beige.
El 28 de septiembre se informó que la Fiscalía General del Estado de Michoacán giró una orden de aprehensión contra del presunto feminicida, cuando López Solís confirmó la existencia de pruebas sólidas que indicaría la responsabilidad de Diego en el asesinato de la joven.