El presunto asesino y violador de Valeria, una niña de 11 años del Estado de México, llevaba tres días en la cárcel cuando apareció muerto en su propia celda este miércoles.
El cuerpo de José Octavio Sánchez, de 43 años, amaneció ahorcado en el calabozo que compartía con otros tres reclusos; sentado en una esquina, con las piernas extendidas hacia el frente.
La primera hipótesis fue que había podido ser asesinado en prisión, algo que ha descartado la Fiscalía y la investigación apunta ahora hacia el suicidio.
Según las autoridades, Sánchez, se encontraba en un área separada de la mayor parte de la población reclusa mientras esperaba su proceso por feminicidio. Tras su repentina muerte y después del escándalo mediático que ha producido el caso, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, pidió la renuncia del director de la prisión, Nezahualcóyotl Bordo y del jefe de seguridad, además de ordenar la investigación al menos 18 custodios pudieron cometer alguna irregularidad esa noche.
Con información de El País