El Salvador dio un salto inédito en política educativa y tecnológica. Elon Musk anunció que su empresa xAI llegó a un acuerdo con el gobierno de Nayib Bukele para implementar Grok en más de cinco mil escuelas públicas, llevando tutorías personalizadas por inteligencia artificial a más de un millón de estudiantes. Se trata del primer programa nacional de educación con IA a escala completa en el mundo, una apuesta que convierte al país centroamericano en laboratorio global de innovación educativa.
De acuerdo con Musk, Grok funcionará como asistente académico permanente para los alumnos, capaz de adaptar explicaciones, ritmos de aprendizaje, ejercicios y evaluaciones a las necesidades de cada estudiante. El objetivo es reducir brechas de desempeño, fortalecer habilidades STEM y acelerar la transición educativa hacia modelos personalizados.
Bukele celebró el acuerdo como un punto de inflexión. Afirmó que El Salvador no está obligado a seguir el ritmo de los países desarrollados, sino a “saltar directo a la cima” adoptando tecnologías que otros sistemas aún prueban en fases piloto. Para su administración, la alianza representa una estrategia para modernizar la educación pública sin depender de estructuras tradicionales que tardan décadas en transformarse.
La decisión tiene enormes implicaciones globales. Mientras países discuten regulaciones y programas piloto, El Salvador se convierte en el primer caso real de integración total de IA en el sistema educativo. Expertos internacionales observan con atención tanto los potenciales beneficios como los retos. Entre las interrogantes se encuentran la protección de datos de menores, la dependencia tecnológica, la capacidad docente para integrar la herramienta y los efectos en desigualdades educativas preexistentes.
Aun así, la apuesta sitúa al país en el centro del debate mundial. Si la implementación funciona, podría redefinir cómo se concibe la educación pública en el siglo veintiuno y abrir la puerta a modelos similares en otras naciones. Si falla, evidenciaría los límites de delegar procesos formativos en herramientas algorítmicas sin un ecosistema institucional robusto.
Por ahora, El Salvador abraza el experimento más ambicioso de educación con IA del planeta, con la promesa de transformar la experiencia escolar de más de un millón de niñas, niños y jóvenes a partir de 2026.

