Este viernes, el Estado Islámico lanzó varios ataques suicidas en Yemen e Irak, dejando un saldo de por lo menos 52 muertos.
En Yemen hubo tres atentados con coche bomba en los que murieron 22 personas en retenes de fuerzas leales al gobierno en la ciudad de Adén al sur del país. Además de los coches bomba, en dos casos, las bombas estallaron de manera simultánea y estuvieron seguidos por ataques de hombres armados que atacaron una base cercana a la coalición liderada por Arabia Saudita.
Para el tercer atentado, colocaron la bomba en una ambulancia y estalló en un retén al centro de la ciudad. En Irak 30 personas murieron y otras 65 resultaron heridas en el poblado de Asriya cuando un suicida estalló en medio de la multitud en un estadio de futbol.
En el ataque “el suicida se abrió paso entre la multitud para acercarse al centro y se hizo explotar”, murió Ahmed Chaker, el alcalde que entregaba el trofeo a los ganadores, de acuerdo con una fuente del hospital donde fue atendido. El Estado Islámico se adjudicó el ataque, a través de un comunicado.
Con información de La Jornada