La tragedia en Poza Rica, Veracruz, no fue solo consecuencia de la naturaleza, sino de la corrupción y el abandono institucional.
Un video difundido en redes sociales muestra al alcalde Fernando “El Pulpo” Remes confesando que el muro de contención del río Cazones, obra que debía evitar el desbordamiento, jamás se construyó.
“Ha de haber habido presupuesto para ellos y se lo fregaron, ni modo, me están grabando, que me metan a la cárcel, pero estoy seguro que no lo terminaron”, dice el alcalde ante ciudadanos visiblemente molestos.
El proyecto, con un costo de 14 millones de pesos, tenía como objetivo reforzar la ribera del río que atraviesa la zona norte del municipio. Sin embargo, solo alcanzó un avance del 10 %, según los registros oficiales del propio ayuntamiento.
Una tragedia anunciada
El desbordamiento del río Cazones dejó decenas de familias sin hogar, comercios destruidos y daños millonarios.
Vecinos de las colonias Independencia, La Ceiba y Jardines de Poza Rica aseguran que desde hace años advertían el riesgo, pero que las autoridades nunca atendieron las denuncias.
La confesión del alcalde, más que un acto de honestidad, confirma lo que por años se sabía: la corrupción también mata.
Mientras cientos de personas lo perdieron todo, los recursos destinados a protegerlas desaparecieron entre manos de funcionarios y contratistas.
Indignación ciudadana y exigencia de justicia
El video desató una ola de furia e indignación en redes sociales.
Usuarios y organizaciones civiles exigieron la renuncia inmediata del alcalde Fernando Remes, así como una investigación penal contra quienes desviaron los recursos públicos.
“Esto no fue un desastre natural, fue una negligencia institucional”, reclamó una vecina afectada que perdió su vivienda tras el colapso del muro inconcluso.
Hasta el momento, el Gobierno de Veracruz no ha emitido una postura oficial, y el Congreso local no ha informado si abrirá una auditoría sobre el destino de los 14 millones de pesos asignados al proyecto.
La corrupción también se inunda
La confesión del alcalde es la prueba más cruda de lo que la ciudadanía ha denunciado durante años:
que la corrupción no solo roba dinero, también destruye vidas.
Cada peso desviado se traduce en un muro que no se construyó, en una familia que quedó bajo el agua, en una tragedia que pudo evitarse.
El río Cazones se desbordó, pero lo que realmente ahoga a Poza Rica es la impunidad.