Desde siempre los sneakers han sido tema recurrente en la moda, desde su aparición en 1916 se encasillaron al sector deportivo introduciendo temas como confort, comodidad, tracción etc. Palabras que más adelante se traducirían en tecnología haciendo a los tennis los reyes del futurismo.
No fue hasta los años 90 que los sneakers tomaron el mando en moda; impulsados por la sociedad y la tendencia deportiva vieron sus mejores (y extraños) días.
Esta década fue el tiempo perfecto para la experimentación, suelas con cámaras de aire, acabados con tracción orgánica, amortiguadores regulables con gas, texturas con ventosas, “fantasmas” para la noche y hasta luces en los talones. Cosas atroces y poco estéticas (como casi toda la moda en los 90) eran tendencia haciendo que los sneakers evolucionaran a ser un objeto de deseo y un importante emisor de poder y estatus.
Con el cambio de milenio, la mentalidad de nuevas generaciones y formas de consumo los sneakers quedan en un estado estancado, donde no aportaban ni quitaban, solo estaban ahí esperando a regenerarse. Fue así cuando el primero en dar el salto fue Puma, con su renacimiento casi perfecto, introduciendo modelos ergonómicos, sin o con pocas agujetas, suelas que abrazaban el pie y modelos que parecían una oda a lo aerodinámico más que un zapato.
El éxito fue rotundo muchas marcas olvidadas o estancadas en los 90 siguieron sus pasos y grandes firmas como Rebook o Adidas decide hacer colaboraciones con diseñadores influyentes como Stella McCartney, o Alexaner McQueen.
Todo empezaba a verse mejor en la industria pero algo pasó y todo se desvanecía de nuevo. Los jóvenes regresaban a modelos clásicos, sin tanta parafernalia, minimalistas y fáciles de llevar haciendo que tus viejos Converse o Stan Smith fueran un básico en tu guardarropa, todo gracias al Normcore, esta tendencia que enfatizaba la idea de que menos es más y que vestir sin seguir ninguna tendencia era mejor (vaya contradicción).
Pero esto no lo vio mal el sector del calzado deportivo, más bien le dio armas para regresar a laboratorios y salas de diseño y entender los avances del pasado, reestructurar los diseños del presente e introducir el zapato del mañana.
Y es así como el sneaker siempre revolucionario cambia de nuevo, dirigiéndose a una línea de extremo confort pero no en estructura si no ahora en textiles, microfribras, suelas inteligentes con memoria, telas que absorben el sudor y se acoplan como una segunda piel y en muchos casos sustituyendo las agujetas por bandas o tejidos tipo petatillo elástico que hacen las funciones de amarre y forma al mismo tiempo.
Siempre lo he dicho, ¿Quieres saber en que década vives? Solo baja la mirada y ve que calzado está de moda. Así que ya no tienes pretexto para ir por tu perfecto par de sneakers y verte trendy o en una de esas tener la pieza del futuro.
Por Emmanuel Castillo
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