En el mes de diciembre los eventos relacionados con el trabajo se multiplican –comidas, cenas y cocktails de empresa- La gran pregunta es ¿mantengo el código de vestimenta o me puedo permitir ciertas licencias?
Debemos tener presente que sigue siendo un tema directamente relacionado con nuestro trabajo. Evidentemente, dependerá del tipo de empresa. En una empresa más relajada tipo Google por supuesto las opciones pueden ser más casuales, mientras que si pensamos en un ambiente más tradicional, como un despacho de abogados, las opciones deben ajustarse a ciertas reglas conforme a parámetros del código de vestimenta.
Ante la duda, siempre es mejor descartar prendas muy sexys –transparencias, animal print o encajes- así como largos de falda o vestidos muy mini. Además, en muchas ocasiones los eventos son inmediatamente después de la jornada laboral por lo que no da tiempo a pasar por casa en el intervalo entre el trabajo y la cena. El outfit elegido deber ser el adecuado para trabajar y cenar.
Dos adjetivos deberían definir tu total look –comodidad y elegancia- ya que si no estás elegante tendrás que cambiarte de ropa al finalizar la jornada laboral y si no estás cómoda no podrás trabajar a gusto.
Una de las opciones por la que apuestan la mayoría de las mujeres son los vestidos. Los vestidos para este tipo de eventos no son como los que nos pondríamos para salir una noche a tomar algo o para ir a una fiesta con amigos o familia, por muy elegantes que vayamos. Pues ir a una cena de empresa implica que todos tus compañeros y jefes van a verte durante bastantes horas, por lo que el look hay que cuidarlo al máximo detalle.
Los vestidos más apropiados son aquellos que llegan a la altura de la rodilla, ni más largos, ni más cortos, pues tenemos que ir a trabajar también. Las transparencias y los escotes no son muy apropiados para este tipo de celebraciones, ya que la idea es ir discreta y elegante, sin necesidad de llamar demasiado la atención. Lo más importante es elegir el vestido que se ajuste a tu tipología de cuerpo dentro de la discreción y sobriedad; y jugar con la colorimetría que más te puede favorecer, ya que lejos de colores estridentes o muy llamativos ese día si te puedes atreverte con colores pasteles o profundos que te harán lucir igualmente profesional.
En el caso de que el vestido no tenga mangas, quizá puedes optar por un blazer durante la jornada laboral y después prescindir de él. También puedes cambiar los zapatos, de manera que durante tu trabajo uses un zapato más cómodo y en el evento luzcas más estilizada con un zapato de tacón. Igualmente cambiar la bolsa de trabajo por un clutch marcará la diferencia. Al final es un look transformer que debes cuidar al detalle.
Alternativas a los vestidos, pueden ser trajes sastre pantalón en colores oscuros o profundos con solapas en satén o jumpsuits sofisticados que puedes combinar con blazers o chaquetas cortas en pelo tan en tendencia esta temporada. Jugar con los complementos hará que tu look se eleve durante el evento dando al outfit ese toque cool y fashionista.
En las cenas de trabajo también es importante el maquillaje, no debe ser excesivo, y el peinado tendrá que ser discreto y a la vez sofisticado. Si bien es verdad que lucir diferente durante el evento, por ejemplo apostar por ondas en el pelo o un recogido más cuidado, puede marcar totalmente la diferencia del outfit. En cuanto al maquillaje, dentro de la discreción, ese día puedes optar bien por un lipstick en un color más especial o por unos ojos algo más marcados sin llevarlo a un límite excesivo.
Por último, durante los eventos de empresa hay que recordar siempre que se sigue estando en un ambiente laboral y que el protocolo de trabajo y evitar los excesos sigue siendo la regla a cumplir si no quieres pasar momentos bochornosos al día siguiente. Piensa que es con los amigos y familia con los que nos podemos desinhibir totalmente.
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