Recién terminó un incipiente y débil fenómeno de “La Niña” cuando el Instituto de Investigación Internacional de Clima y Sociedad anunció que “El Niño” podría regresar, durante otoño – verano, con una probabilidad del 70%.
Si no sabes qué es el fenómeno de “El Niño” brevemente te explico:
“El Niño”, científicamente conocido como El Niño Oscilación del Sur (ENOS), es un patrón oceánico-atmosférico natural que se presenta en todo el Pacífico Ecuatorial. Se caracteriza por la variabilidad de la temperatura superficial del océano, la circulación de los vientos y otros factores; tiene una periodicidad irregular con ciclos cada 2 a 7 años y los principales efectos –en México- se dan en los patrones de lluvias y temperaturas así como aumento en la cantidad de ciclones tropicales en esta zona.
En presencia de El Niño, los vientos del este (alisios) en el Pacífico se debilitan, el agua cálida del Pacífico oeste se recorre hacia el este a lo largo de la línea ecuatorial, aumentando la temperatura superficial del mar lo suficiente para transportar calor hacia la atmósfera y generar nubes de convección profunda moviendo las lluvias hacia el este. En presencia de La Niña, sucede lo contrario.
Dependiendo de la intensidad del fenómeno de El Niño se pueden presentar diversas consecuencias dependiendo de cada región del país, sobre todo, dependiendo de las características de cada estación del año:
- El Niño Débil
Primavera: los patrones de lluvias estarían en condiciones normales en casi todo México, excepto en la Península de Yucatán.
Verano: condiciones de normales de lluvias a húmedas o por arriba del promedio.
Otoño e Invierno: se observarían lluvias en condiciones normales a por debajo del promedio en el norte y noroeste; condiciones húmedas en el centro y sur del país
- El Niño Moderado
Primavera: se observarían más lluvias al oeste y norte de México, la mayor parte del país permanecería bajo condiciones normales.
Verano: aumentarían lluvias y condiciones húmedas en el noreste, centro y sur; en la Península de Yucatán se presentarían condiciones secas.
Otoño: menor cantidad de lluvias y condiciones más secas para las regiones del noroeste, en Veracruz se observan condiciones secas y una Península de Yucatán más húmeda.
Invierno: menor cantidad de lluvia en la Península de Baja California, Sonora, Sinaloa y la parte norte de Nayarit, Jalisco, Colima y Michoacán, algunas regiones de Chihuahua, Coahuila y la parte centro de Veracruz. El resto de México bajo condiciones normales.
- El Niño Intenso
Verano y Otoño: menos lluvias y condiciones más secas en gran parte de México dando origen a condiciones de sequía intensa en el noroeste, oeste, centro, este y sur del país.
Invierno: retornarían levemente las lluvias, aunque en zonas noroeste y suroeste de México, permanecerían las condiciones de sequía.
Si finalmente durante este otoño – verano desarrolla “El Niño”, y tomando en cuenta que sus efectos son retardados, en México podríamos tener un invierno lluvioso y con mayor probabilidad de que las tormentas invernales puedan adentrarse hacia el centro del país como ocurrió en marzo de 2016 cuando se registraron nevadas en Guadalajara al igual en las autopistas entre CDMX, Estado de México y Puebla por debajo de los 3,500 m s.n.m.; también podría tener implicaciones para el final de la temporada de ciclones 2017 inhibiendo los ciclones en el Atlántico y manteniendo o intensificando los ciclones en el Pacífico. Aún es muy “temprano” para poder aseverar estas condiciones.
Parte del proceso del fenómeno de “El Niño” es el calentamiento de las aguas del Pacífico Ecuatorial y llama la atención las anomalías térmicas que se están produciendo frente las costas de Ecuador y Perú en la región que se conoce “1+2”
Este inusual calentamiento que está ocurriendo solo en la zona costera de Perú y Ecuador ha recibido el nombre de “El Niño Costero”, llamado así y explicado por el Comité Multisectorial para el estudio del Fenómeno de «El Niño» en Perú. Sus efectos son las lluvias torrenciales relacionadas con las corrientes de vientos del norte que, a fines de 2016, vientos provenientes de Centroamérica, favorecieron el desplazamiento de aguas cálidas hacia el sur cuando normalmente el viento que va de sur a norte ayuda a llevar la fría corriente marina de Humboldt
El calentamiento anómalo del mar en la costa costera empezó a mediados de enero y ha causado que el agua alcance temperaturas pico de 29 °C en Perú, y de 28 °C en Ecuador cuando las temperaturas normales en verano suelen ser de 25 °C; la gran anomalía térmica genera inmensa evaporación del agua causando lluvias torrenciales dando origen a los peores temporales en la historia de Perú donde se han producido cerca de 80 fallecidos por los inmensos aludes.
Finalmente, como lo señala el último informe de la Organización Meteorológica Mundial, a gran escala el intenso episodio de “El Niño” 2015 – 2016 produjo un mayor calentamiento en 2016, que se suma al cambio climático a largo plazo provocado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Las temperaturas registradas en los años de episodios intensos de El Niño, como 1973, 1983 y 1998, suelen ser entre 0.1 °C y 0.2 °C más elevadas que los niveles de fondo, y las temperaturas de 2016 concordaron con esa tendencia.
También, el nivel del mar aumentó considerablemente a escala mundial durante el episodio de El Niño, y a principios de 2016 se registraron nuevos valores máximos. En noviembre se observó una reducción de la extensión de los hielos marinos mundiales de más de 4 millones de km2 por debajo del promedio, lo cual representa una anomalía sin precedentes para ese mes.
Estamos por ver qué tanto se cumple la teoría climática y meteorológica conocida y cómo se adaptan los modelos climáticos si incrementa la frecuencia de eventos como “El Niño”. También pondrá a prueba la capacidad de la humanidad para que de una buena vez se haga conciencia del impacto de nuestras actividades en nuestro planeta.
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