La semana pasada hablamos de los medicamentos llamados benzodiacepinas, mejor conocidos como ansiolíticos, sedantes o tranquilizantes y de cómo pueden aliviar rápidamente los síntomas de ansiedad y de insomnio, por lo que fácilmente se puede abusar de ellos. Señalamos los efectos adversos relacionados con el consumo a largo plazo como el generar dependencia, síndrome de abstinencia, no permitir un sueño reparador, dificultad de concentración y aprendizaje, irritabilidad, etc. En este artículo Libe Diamant (Libediamant@gmail.com) nos dará información sobre las diferentes alternativas que existen para mitigar la ansiedad y el insomnio. Las dejo con las palabras de Libe:
Antes creo que es importante entender qué es la ansiedad y cómo el estrés afecta el funcionamiento del cerebro.
La ansiedad funciona como un sistema de alarma que se activa cuando percibimos un peligro o una amenaza. Es una reacción natural en todos los seres humanos que nos advierte de un peligro y prepara al organismo para una respuesta eficaz, afectando tanto a la mente como al cuerpo. Ante una situación que percibimos como peligrosa, el cuerpo reacciona acelerando el ritmo cardíaco, la respiración, aumentando la tensión muscular, la sudoración de las manos, y la mente se mantiene alerta. Estas reacciones suceden antes de que el cerebro procese y evalúe si la amenaza que percibió es real; así es como primero sentimos y luego pensamos.
Si la mente, una vez que evalúa la situación, considera que no hay peligro, entonces envía una señal y tanto la mente como el cuerpo pueden relajarse. El problema se presenta cuando éste mecanismo de alerta no funciona adecuadamente. Actualmente se sabe que el estrés crónico puede provocar un funcionamiento anormal de este mecanismo, es decir una dificultad para desactivar el sistema de alarma, produciendo múltiples consecuencias como sentirnos nerviosos todo el tiempo o por largos periodos de tiempo resultando en una falta de sueño, fatiga, dolores, desgano, etc.
Tratar un trastorno de ansiedad no consiste en desactivar el mecanismo de alerta sino más bien repararlo, ya que un cierto nivel de ansiedad es normal y nos puede ayudar en determinadas circunstancias.
Entre las diferentes alternativas para mitigar la ansiedad y el insomnio sin tener que recurrir a las benzodiacepinas por periodos prolongados encontramos las siguientes:
- Alternativas farmacológicas: las benzodiacepinas son medicamentos que pueden aliviar rápidamente los síntomas de ansiedad y de insomnio pero no reparan éste funcionamiento anormal del sistema de alerta, recurrir a éstos fármacos es la solución más inmediata pero no necesariamente la mejor. Actualmente existen nuevos medicamentos que resultan ser muy eficaces para tratar los síntomas ansiosos y los problemas relacionados con el sueño llamados antidepresivos. Los estudios demuestran que los antidepresivos tiene una mayor tasa de remisión y son, en general, más efectivos y seguros tanto a corto como a largo plazo, al no presentar, entre otros, riesgo de generar tolerancia y dependencia. Las benzodiacepinas permanecen como los ansiolíticos más utilizados por su rápido inicio de acción a diferencia de los antidepresivos que aunque comienzan a alterar la química del cerebro desde la primera dosis, su efecto total usualmente toma entre 4 y 6 semanas para que los síntomas empiecen a desaparecer. Los antidepresivos permiten ir reparando el funcionamiento del cerebro, por lo que es importante continuar tomándolos durante suficiente tiempo para permitirles que funcionen.
- Alternativas psicoterapéuticas: la psicoterapia ha demostrado ser altamente eficaz para tratar los diferentes trastornos de ansiedad, mejorando la calidad de vida de las personas. Su objetivo central es el cambio psíquico y emocional. Existen diferentes enfoques terapéuticos de los cuales, mencionaremos los más utilizados y efectivos:
- Psicoterapia psicodinámica se enfoca en buscar el origen y las causas de la ansiedad para originar un cambio profundo a nivel estructural.
- Psicoterapia de apoyo se enfoca principalmente en llevar al paciente a un equilibrio emocional con rapidez y disminuir síntomas, logrando un nivel más funcional.
- Psicoterapia dinámica breve tiene como objetivo que en un tiempo específico se logre la estabilidad, y un cambio sintomático y conductual.
- Psicoterapia sistémica o familiar puede ayudar a los miembros de la familia a entender la ansiedad que siente un ser querido y aprender nuevas formas de interactuar que no agraven la ansiedad ni los comportamientos relacionados con el paciente.
- La terapia grupal entre los que se encuentran los grupos de autoayuda que constituyen un medio receptivo en el que se ofrece y se recibe solidaridad y se comparte con otros. La terapia de grupo Psicoanalítica funciona muy bien para resolver problemas de carácter.
- El ejercicio físico y otras técnicas como yoga y meditación: hacer ejercicio ayuda a mejorar tanto la salud física como mental ayudando al cerebro a sobrellevar mejor el estrés. Las investigaciones sugieren que las personas físicamente activas tienen menores índices de ansiedad y depresión que las personas sedentarias. La meditación practicada con frecuencia modifica las formas de funcionamiento del cerebro, lo “resetea”.
- Para algunas personas las técnicas de medicina alternativa como la homeopatía, la acupuntura, la aromaterapia, los masajes, resultan efectivas para aliviar los síntomas ansiosos y el insomnio.
- Si conjuntamos las diferentes alternativas se lograran mejores y más rápidos resultados, así una persona que se ejercite, acuda a terapia y este bien medicada (en caso necesario), obtendrá mayores beneficios.
La medicina cada vez está más especializada, entonces porqué si referimos síntomas ansiosos o problemas para dormir nos ponemos en manos de un médico que no es especialista en estos temas. Resulta cada vez más frecuente que todo tipo de médicos prescriban benzodiacepinas ya que conocen bien su efecto inmediato, pero pareciera que desconocen los efectos adversos que estos medicamentos producen a largo plazo. Los médicos psiquiatras serían los más indicados para diagnosticar y atender estos padecimientos.
Aprender a tomar conciencia y aprender a dudar nos puede llevar a estar mejor informados lo que nos puede ayudar a tomar mejores decisiones y, en este caso, a no tener que enfrentar los efectos adversos de algunos medicamentos, sobre todo cuando existen diferentes y mejores alternativas.