Un par de maletas, un boleto de avión y la emoción de comenzar una nueva vida en otro lugar…
Así fue como inició la gran aventura de Rosa.
Apenas un par de semanas atrás, Rosa tenía una rutina cómoda y funcional. En la mañana gimnasio, un desayuno ligero, una ducha rápida y conducir hasta el despacho de arquitectos donde ya cumplió cinco años de trabajar.
Lo que más amaba Rosa era la vista desde el vigésimo piso de aquel edificio en Paseo de la Reforma. Pero sobre todo, amaba el clima. Esa rejilla discreta en el techo de su oficina por donde salía un aire fresco y limpio.
Rosa estaba acostumbrada a salir muy temprano de su departamento, en el cual, por cierto, también tenía aire acondicionado. Por eso, en plena mañana y considerando que su auto también contaba con clima artificial, padecer de calor era casi imposible.
Muchas veces, amigos y compañeros de trabajo le habían hecho bromas a Rosa sobre esta intolerancia que sentía por el calor. Unos decían que padecía de una menopausia precoz, otros que se debía a su carácter fuerte y dominante. Lo único cierto es que no soportaba más de 20 grados y eso ya era como estar en el trópico para ella.
Sin embargo, todo cambió la mañana en que su jefe le ofreció la posibilidad de dirigir las nuevas oficinas de la empresa. Era tan grande el éxito del despacho de arquitectos, que ahora tendrían una filial en Mexicali. Y sí, al escuchar Mexicali, el rostro de Rosa se transformó.
Pensar en los 35 grados de la temperatura regular en Mexicali, horrorizó a Rosa. Pero no podía dejar pasar una oportunidad así. Por lo que aceptó de inmediato y comenzaron todos los preparativos para la mudanza.
Rosa iba con la mejor actitud, calculando que por obvias razones las oficinas de Mexicali también tendrían aire acondicionado, lo mismo que su nuevo departamento y el auto que la empresa le daba. Estaba tan relajada que decidió dormir un poco, en lo que el avión llegaba a la ciudad fronteriza que sería su nuevo hogar.
Todo el entusiasmo de Rosa desapareció al recibir en su rostro la caricia de los casi 32 grados de temperatura de Mexicali, justo en el momento en que pedía el taxi para correr al departamento, donde ansiaba encender ese clima artificial que solicitó cuando hizo el contrato de arrendamiento.
Para su desgracia, el taxi no contaba con aire acondicionado y un fuerte mareo se apoderó de Rosa. No sabía si era a causa de la desquiciada manera de conducir del taxista o de la brisa sofocante que le impedía respirar con normalidad. Lo que también originó que su corazón latiera con más fuerza.
Llegando al edificio, Rosa corrió al ascensor y subió hasta el décimo piso. Abrió la puerta de su nuevo departamento como si en ello se le fuera la vida. Quiso encender el clima, pero la urgencia por encontrar el baño era más fuerte. Aquel calor sofocante y el viaje trepidante del taxi le provocaron un terrible vómito.
Ahora, además del mareo, los latidos agitados del corazón y la dificultad para respirar, se agregaban el vómito, la debilidad muscular y un terrible dolor de cabeza. Rosa no sabía qué le estaba pasando. Lo único que estaba claro en su mente era encender cuanto antes el clima artificial.
Pero como suele ocurrir cuando creemos que ya nada puede salir peor… Rosa se encontró con una terrible sorpresa: el aire acondicionado no funcionaba. No supo si por este descubrimiento desafortunado o por el intenso calor que se sentía en su departamento, Rosa cayó desmayada en ese instante.
Al recobrar el conocimiento, lo primero que Rosa vio fue la cara del médico que llamaron sus vecinos. Todo aquello que vivió como una terrible pesadilla no fue otra cosa que un golpe de calor. Algo que jamás había experimentado.
¿Se dan cuenta cómo el aumento de la temperatura puede causar algo muy serio? La historia de Rosa es algo que nos ocurre a muchas personas. Más ahora, más en este momento que estamos experimentando temperaturas altísimas en todo el país. Es muy notorio cómo cada año sentimos más calor y vemos en las noticias que en algunos estados de la República están superando los 40 grados.
¿Pero a qué se debe este aumento de temperatura? Al calentamiento global.
El calentamiento global se ha originado por los gases que las industrias emiten a la atmósfera, las grandes cantidades de dióxido de carbono de los combustibles, por la deforestación de nuestro planeta. Cada vez que talamos árboles estamos contribuyendo a desaparecer los pulmones naturales que se encargan de transformar esos gases en oxígeno. Sin árboles ocurre el efecto invernadero que impide que estos contaminantes salgan de la atmósfera.
El aumento de la temperatura en los últimos años ha ocasionado que la radiación solar sea más intensa, porque ya no tenemos un escudo protector que se llama “capa de ozono”. O que se llamaba, porque está a punto de extinguirse, así como también ha ocurrido con muchas especies animales.
Hoy en día, el Polo Norte está más caliente que hace 50 años. La temperatura de los océanos aumentó también y los casquetes de los polos se están derritiendo, causando que el nivel del mar se eleve y las costas comiencen a desaparecer.
¿Han notado que ahora hay más huracanes? Es porque los huracanes son el medio que tiene el planeta para repartir el exceso de calor de las zonas cálidas a las más frías. Lo malo es que con la aparición de cada huracán, muchas ciudades son destruidas, muchos cultivos desaparecen en segundos.
Las enfermedades son otro tema importante. Y es precisamente el golpe de calor uno de los problemas médicos que podemos sufrir en este momento, sólo por uno o dos grados más que aumente la temperatura. No es necesario mucho más.
¿Pero cómo podemos reconocer los síntomas? Cuando sentimos la piel seca y caliente, pero no sudorosa. Si tenemos confusión o perdemos el conocimiento. Cuando nos falta el aire o nos cuesta trabajo respirar. Cuando tenemos vómitos frecuentes. Y todo lo que le pasó a Rosa.
Si presentan estos síntomas, lo primero que deben hacer es refugiarse en un lugar con sombra y frío. Mojarse la piel con agua tibia, abanicarse y quitarse la ropa innecesaria que lleven. Y obviamente, llamar a un médico cuanto antes.
Hace años escuchábamos que la temperatura en los estados cálidos llegaba a los 32 grados y nos parecía mucho. Hace años no imaginábamos la gravedad de que uno o dos grados elevaran también nuestra temperatura corporal y eso fuera peligroso. Hoy vivimos con dolor de cabeza constante, nos desmayamos en la calle. Hoy superamos los 40 grados de temperatura.
¿Pero sabes algo? Hoy somos más que nunca una comunidad, donde lo que te importa a ti, me importa a mí. Donde la ciudad donde vives es como la mía. Donde tus problemas son mis problemas. Donde mis acciones tendrán efecto en ti, no sólo en mí. Donde lo que hagas por tu bien, lo harás por el bien de todos los demás.
Hoy, más que nunca, debemos pensar como una comunidad que protege el medio ambiente, que cuida que sus automóviles no contaminen, que fomenta el uso del transporte público, que no tira basura en la calle, que cuida el agua, que respeta a los animales.
Hoy somos una gran comunidad viviendo en una gran casa llamada planeta tierra. Hoy quiero decirte: Vamos a cuidarnos, vamos a echarnos la mano, vamos a vivir en paz, vamos a ser mejores mexicanos y mejores habitantes de este mundo. Hoy te digo: Vamos a ser más los buenos.